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'El Judas' de Modino

30/04/2025
 Actualizado a 30/04/2025
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Conozco Modino desde que, a principios de los años 80 del pasado siglo, comencé a frecuentar la leonesa comarca de Rueda, sobre la que he realizado una indagación etnográfica, fruto de la cual son varios libros y no pocos artículos de distinto carácter, pero siempre enfocados a indagar en las culturas tradicionales campesinas.

Este último Lunes de Pascua, por la tarde, me acerqué de nuevo, una vez más, hasta Modino. Quería realizar nuevas fotografías del pelele del Judas, que la juventud (antes los mozos y quintos) realiza y que cuelgan de la rama de un nogal con enorme copa protectora, cuya copa cubre la carretera que va a Vidanes.

Lo cuelgan en los días finales de la Semana Santa y tiene los rasgos de cualquier pelele, armado a partir de ropas viejas y con cierto aspecto estrafalario. Pero tiene una señal especial del tiempo festivo en el que se realiza y se cuelga: un enorme collar de huevos (de cáscaras de huevos vacíos), que le da varias vueltas al cuello y que le llega hasta las mismas rodillas.

Los huevos de Pascua. Como es bien sabido, abundan a lo largo y ancho de la Península Ibérica y aun de Europa. Y tienen un significado simbólico de fecundidad, de fertilidad, de renovación de la vida.

Porque el pelele del Judas simboliza el invierno, el tiempo viejo, el tiempo estéril, que hay que condenar, que hay que dejar atrás, para que la primavera triunfe en todo su esplendor, para traer nueva vida, nuevos brotes, nuevos frutos.

Al llegar al caserío de Modino, nos detuvimos y nos encontramos, protegida en la marquesina de espera del autobús, a una anciana, Dolores, vivaz y hermosa, con bellísimos ojos azules, que va a cumplir noventa y seis años.

Nos contó no pocas tradiciones de Modino. El Sábado Santo, iban a cantar las albricias a la ermita del Cristo, un humilladero restaurado, que está a pocas decenas del caserío, en la carrera hacia Pesquera. Ponían también el Judas.Y acudían a la iglesia a los oficios que terminaban, verdaderamente, al comenzar el Domingo de Resurrección, con el encuentro, con ese canto de alegría por la manifestación del resucitado.

Y Dolores nos continuó relatando la trayectoria del Judas, que, en Modino, al contrario que en otros lugares españoles, no es fusilado, ni arrojado al río o quemado, como simbolización del tiempo viejo y estéril del invierno; sino que, en Modino, permanece colgado de la rama del nogal, hasta la víspera de la fiesta patronal de la Virgen del Carmen, celebrada el 16 de julio.

La noche de la víspera, el 15 de julio, la juventud descuelga el pelele del Judas de la rama del nogal, lo llevan hasta la plaza y en ella lo queman, ante todo el pueblo. Es la trayectoria temporal del Judas, ese Judas al que fotografiamos cada año. Este tiene un espectacular collar de huevos, como no se lo habíamos visto nunca. Ello, acaso, querrá decir que los vecinos de Modino esperan un año de abundantes cosechas, un año de bienes.

Ah, también cuenta Modino, en el pie del monte, no lejos de una carretera que sale hacia Cistierna, con la ermita de San Pelayo. El 26 de junio, su fiesta, llevan al santo en procesión a la ermita, celebran la fiesta y, en su espacio circundante, realizan las comidas y meriendas familiares. Una fiesta para no perdérsela.

Y regresamos al atardecer. Con la fortuna de habernos encontrado en Modino con esa nonagenaria vivaz y de ojos tan hermosos, depositaria de una intacta memoria sobre la vida tradicional de un pueblo leonés de la margen derecha de la ribera del Esla.

Modino, 'el Judas' de 2025. | JOSÉ LUIS PUERTO
Modino, 'el Judas' de 2025. | JOSÉ LUIS PUERTO

 

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