El cuento se reescribe. Y para mal. En el PSOE han puesto de nuevo precio a la cabeza del alcalde de León. El objetivo de la dirigencia sanchista, que pastorea Cendón en la provincia, (el enemigo público número uno de José Antonio Diez) es colgarle de la séptima viga. Descabezarle y privarle de oxígeno. Apartarlo del partido al precio que sea. Y ya no importan los modos ni las formas. Y eso, lo vistan como lo vistan, es la antidemocracia, en un partido que presume de pluralidad y progresismo.
Hace tiempo que Diez (y Díaz por parte de madre) se ha desprendido a zarpazos de la voz de su amo. Tiene las ideas claras. Y ha apostado muy fuerte por su libertad de palabra y obra. Por su independencia. Por ser fiel a sí mismo y a su manera de pensar y de vivir. Y viene poniéndolo en práctica a sabiendas de que lo suyo es una lucha titánica contra el denominado aparato, acostumbrado a ser obedecido al toque de corneta y que solo se escuche un amén. La personalidad en muchos de sus militantes brilla por su ausencia, quienes en ‘petit comité’, y en un alarde de cinismo, dicen una cosa y en otros foros la contraria. Hay ejemplos sobrados con nombres y apellidos, que sorprenderían al más pintado.
Y es terrible y a la vez lamentable, que la cúpula socialista leonesa, infravalore los éxitos de José Antonio Diez, con sus dos consecutivos mandatos municipales a la espalda. Y que pese a ello -y en vez de tender puentes- no cejen en ponerle en el camino cardos, chinchetas y tramposos obstáculos de hípica. Y todo ello porque, desde un principio, se ha decantado abiertamente por la autonomía de León al margen de Castilla, buscando así la prosperidad de una población abandonada y ninguneada, como lo es la vilipendiada y arrumbada tierra leonesa. Ese es el pecado a los ojos de los mandamases y de unos cuantos paniaguados, afectos al ‘régimen’ y a sus correspondientes prebendas. Dicho de otra manera, lo que viene soportado el alcalde de León no tiene nombre. Él y los fieles que le rodean. Y también su familia. Que en estas circunstancias suma y mucho el entorno más íntimo y por ende el más doloroso
En el Partido Socialista, cegados por el barro, no son conscientes de que el mejor candidato que podrían tener en las locales de 2027 es, por su rectitud, el propio Diez. Y con varios cuerpos de ventaja.
El PSOE, dado el batiburrillo en que se ve inmerso gracias al veleta del presidente Sánchez y los graves informes que va desgranando la UCO, puede acabar en un callejón sin salida. Quizá lo esté ya sin remedio, pese a las informaciones interesadas y sesgadas, voceadas desde medios públicos y mediante analistas fuleros, acostumbrados al pesebre estatal. Y fuleras descaradas y turbias.
En cualquiera de los casos, el pulso continúa entre el alcalde y los que pretenden fumigarlo. Y si en una ocasión no pudieron con él, es fácil que la historia se repita.