Vivimos un momento de cambio profundo. La tecnología, el envejecimiento de la población, los nuevos hábitos de consumo o la transición hacia un planeta más sostenible están transformando el mundo… y también la forma de invertir. Por eso, los fondos temáticos se han consolidado como una de las opciones más atractivas para quienes buscan aprovechar esas grandes tendencias de largo plazo. Los fondos temáticos permiten invertir de forma directa en los grandes motores de crecimiento global. No se trata de adivinar qué empresa lo hará mejor, sino de participar en sectores que están llamados a liderar la economía en los próximos años. En un entorno económico en el que la innovación y la sostenibilidad marcan el rumbo, este tipo de fondos ofrecen diversificación, coherencia a largo plazo y exposición a sectores con alto potencial de crecimiento. Identifico cuatro temáticas, cuatro oportunidades de crecimiento: consumo, medio ambiente, salud y tecnología.
En un mundo donde la digitalización redefine cómo compramos, viajamos o nos entretenemos, el consumo evoluciona a un ritmo vertiginoso. Se trata de buscar compañías que lideran ese cambio: desde las plataformas de comercio electrónico hasta las marcas que generan tendencia entre las nuevas generaciones. La transición energética y la lucha contra el cambio climático están generando un nuevo tejido industrial verde. Invertir en empresas que promueven la eficiencia energética, la economía circular o las energías limpias.
El envejecimiento de la población y la innovación médica impulsan un sector en plena expansión. Centrarse en compañías dedicadas a la biotecnología, la salud digital o los tratamientos de nueva generación. La inteligencia artificial, la automatización y la conectividad están transformando la economía global: se puede invertir en empresas que desarrollan o aplican tecnologías disruptivas con potencial para redefinir industrias enteras.