No es Navidad todavía, porque la Navidad comienza oficialmente el día de Nochebuena y de manera oficiosa en España justo cuando se celebra el sorteo de la lotería, pero el ambiente ya es casi cien por cien navideño a pesar de que aún falten más de quince días. Hace dos meses que los supermercados están llenando las estanterías de turrones, polvorones, mazapanes y otros dulces de estas fechas, más de quince días que las lucecitas adornan las calles y los anuncios de televisión van enfocados a estas fechas, por no recordar que hace medio año –con los calores del verano– los bares empezaron a colgar detrás del mostrador y en las puertas los clásicos carteles de ‘Hay Lotería de Navidad’.
Hay indicios de que la Navidad está a la vuelta de la esquina desde que las tiendas de alimentación y las grandes superficies dedican a los dulces navideños espacios a veces hasta exagerados. Claro, que para dar cabida a los cientos de variedades de turrones que hay en el mercado –tema que también merece un punto y aparte, acaso otro día– hace falta mucho sitio, aunque luego más de la mitad de los consumidores sean clientes clásicos que no miran más allá de los formatos y sabores de siempre.
Le decía que se nota que se acercan estas fiestas tan entrañables como se dice de una manera tan manoseada en que a cada paso que dé encontrará a la venta Lotería de Navidad. La lotería del sorteo del día 22 de diciembre es un artículo que se vende solo porque todo el mundo lo compra con la esperanza de que le toque ‘El Gordo’, o un segundo, un quinto, la pedrea para multiplicar por cinco lo invertido en último caso o al menos el reintegro para volver a invertirlo en otro décimo para otro día, aunque la posibilidad de que su número sea el elegido sea tan remota como lo es una entre cien mil.
Y no quedan muchas dudas de que la Navidad está a punto de llegar cuando las ciudades se llenan de adornos y de bombillas de colores para que los alcaldes a los que no les sobran muchas luces puedan competir entre sí por ver quién irradia mayor luminosidad. Es una de las maneras más patéticas de medir quién gobierna mejor en esta España del 2023.