La semana pasada pude escuchar a David Santaolalla dos veces: en al Aula de Cultura Renta 4 León Invierte en ti y comentando su Exposición de fotografía ‘Casual Mente’ en el Centro Leonés de Arte, que les recomiendo.
En la charla-coloquio, disertó sobre la Fotografía creativa, la poesía visual. Sobre el proceso creativo mencionó a Graham Wallas que lo dividía en preparación –identificar un problema, comprenderlo, buscar información: análisis e investigación–; incubación: no piensas directamente en el reto o problema y pueden pasar días, meses o años hasta que das con la idea o solución; iluminación: encontramos soluciones e ideas, es la experiencia Eureka; y verificación: perfeccionamos la idea y determinamos si es la más idónea para resolver el problema.
El proceso creativo lo relacionamos con nuestro cerebro. Betty Edwards decía que es en el hemisferio izquierdo donde se analiza, perteneciendo la creatividad al hemisferio derecho. Daniel Kahneman, premio nobel de economía, nos habla del sistema 1 –decisiones ordinarias, rápidas, intuitivas– y el sistema 2, más lento y lógico. Este, suele ser perezoso. El sistema 1 provoca sesgos, atajos, que nos conviene conocer.
David nos habló de que se puede entrar en modo creativo por casualidad (Serendipia: Newton), en la fase del sueño REM (Leonardo) o alcanzarlo en estado Flow, cuando estás tan concentrado, tan metido en faena, que pasan las horas sin darte cuenta. Pero ¿cómo adentrarnos en el proceso creativo?: imitando a los maestros (‘Los grandes artistas copian, los genios roban’), trabajando con el objeto (‘Cuando llegue la inspiración que me encuentre trabajando’) o con el método heurístico de prueba y error.
Entre las herramientas creativas que David Santaolalla usa en sus fotografías destacan la Serendipia (’Casualmente’), el contraste y la semejanza, la descontextualización, el absurdo, el surrealismo y el humor.