José Luis Prada

¿Filosofando? (Publicado el 25 de julio de 1998)

27/12/2025
 Actualizado a 27/12/2025
Guardar

Cuando quiero decir algo sobre un tema en concreto me pongo a escribir y poco a poco se va configurando e hilvanando un artículo que al fmal expresa nítidamente mi opinión. A medida que avanzo en su redacción lo veo todo tan claro que el bolígrafo corre desbocado por el papel, casi no lo domino, puede más que yo.

Al principio siento cierto miedo de que me aparte de la ortodoxia establecida, pero al final me doy cuenta de que si me preocupo mucho de escribir como se dice ahora «políticamente correcto» pierde lo que escribo, la naturalidad y sobre todo la sencillez de expresión, que es lo que a mi realmente me gusta, aparte de que ¡para que nos vamos a engañar!, no sabría hacerlo de otra forma. Desde luego lo que sí puedo afirmar es que cuanto digo o transcribo nunca es teoría, siempre es consecuencia de experiencia mía acumulada a través del tiempo. Son vivencias que tengo acumuladas y envasadas al vacío, pero eso sí, al natural. No se deterioran por el paso de los años, creo que hasta ganan en calidad. Están allí, en el fondo de tu mente, son imperceptibles, no molestan y lo que es sorprendente, no ocupan sitio. Siempre nos parece que cuando hacemos algo, ya sea bueno o menos bueno, eso se pierde y se olvida. Pues no, creo que todo lo que hacemos a lo largo de la vida va quedando «allí dentro», almacenado. Creo también que ese almacén central, actúa como ‘regulador’ de la vida cotidiana del día a día; lo importante es tenerlo siempre operativo, que todas esas vivencias y sensaciones no se apolillen ni se acartonen, pues aunque no ocupen sitio, como dije antes, es necesario que corra el aire, que haya luz y que de vez en cuando se le quite el polvo, como en nuestra casa, en nuestra oficina o en nuestra despensa

Es importante, creo yo, el que no nos demos nunca por satisfechos con lo que tenemos allí almacenado ya que cuando caemos en el error de que no necesitamos ya más experiencias porque, decimos, ¡ahora quiero vivir tranquilo!, en ese mismo momento, digo: se acabó la chispa que nos hace sentimos orgullosos de ser nosotros mismos. En ese momento, en vez de vivir y pisar el tiempo con gula, lo único que hacemos es que el tiempo, las horas, se apoderan de nosotros y ya en vez de vivir como hombres, vivimos vegetando como plantas. Esto es el principio del fm ya que nuestro almacén al dejar de recibir nuevas sensaciones y nueva ‘mercancía’ se anquilosa, crea herrumbre, poco a poco pierde capacidad de respuesta y ya por fin deja de emitir mensajes. ¡Ojo!, esto que digo no me refiero a personas con mucha edad. Me refiero a gente relativamente joven que solo piensa en que se lo den todo hecho y migado, que le venga la paga a casa sin molestarse, no importa por qué medio la consiga, si es ético o no, el caso es no trabajar y cobrar al máximo, ¡los demás que se jodan!, el caso es: «vivir yo tranquilo». Me refiero también a aquellas que están tres, cuatro horas o más delante de la televisión, despatarradas viendo todos los deportes, grandes viajes, expediciones al ártico o al último confin de Africa..., o viendo las aventuras fatuas anodinas e imbéciles de los protagonistas de tal o cual serie..,. o aquellas otras que se pasan horas y horas en el café jugando a lo que sea, con tal de «matar el tiempo» o aquellas otras que se pasan las horas muertas haciendo juicios de valor sobre cualquier ciudadano o convecino que se atreva a no hacer lo mismo que ellos.

Así, con esas formas de vida no hay manera de tener bien amueblada la cabeza y de tenerla operativa cuando en un momento determinado se necesitan reacciones rápidas y flexibles. ¡Ojo al parche! No critico esas formas de vida, no, allá cada cual, lo que digo es que nadie, después pida «peras al olmo». Cada uno es víctima de sus propias vivencias y de sus propias carencias.

Hoy estoy filosofando en plan barato, porque además, lo digo en un plan tan seguro y tan dogmático, que... ¡manda carayo! Pido perdón por ello.

PUNTO.
 

Lo más leído