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Feo, fuerte y formal

16/03/2023
 Actualizado a 16/03/2023
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«Feo, fuerte y formal», es una canción de Loquillo del año 2001; ¡cuánto ha llovido, por dios! No sé si los cuatro jóvenes que me leéis la habéis escuchado; si no es así, hacerlo, por favor y no os arrepentiréis. Los más carrozas, como un servidor y sus amigos, sí lo hicimos y a mí, por lo menos, me gustó mucho, como todo lo que hacía, y hace, el cantante de ‘Los Trogloditas’. Pero la frase no es suya: es de John Wayne, ‘El Duque’, el actor useño que hizo, a lo largo de su carrera, más de ciento cincuenta películas, de las cuales en ciento cuarenta era el protagonista principal. Quería que se la pusieran en la lápida de su tumba, como epitafio, aunque creo que nunca lo hicieron. También es posible que quisiera que se la escribieran en español, porque sus tres mujeres hablaban el idioma de Cervantes: la primera era de ascendencia española (Alicia Sáenz), la segunda mexicana y la tercera peruana. Se ve que, en el ramo de la ingle, le iba lo exótico y lo heterodoxo. ‘El Duque’ hizo películas de culto, como ‘La Diligencia’, ‘Río Bravo’, ‘El hombre tranquilo’, ‘El hombre que mató a Liberty Valance’ o ‘Centauros del desierto’, verdaderas obras maestras. En muchas de ellas su ‘partenaire’ fue Maureen O’Hara, la pelirroja más bragada de la historia del cine. Fueron íntimos amigos y la actriz siempre lo defendió de las maldades que se dijeron de él, porque, políticamente, Wayne estaba escorado hacía la derecha y era famoso por su visceral anticomunismo. A él, y hasta hace bien poco a Eastwood, no les perdonaban que fuesen votantes, simpatizantes y Clint alcalde del partido Republicano, el de Trump. Uno cree que hay que separar lo que uno hace con lo que uno piensa. Tomemos a Bardén, por ejemplo. Es reconocida su militancia de izquierdas. ¿Acaso le invalida para ser un buen actor? Pues eso. El caso es que Wayne sí era, ciertamente, ‘Feo, fuerte y formal’, o por lo menos lo aparentaba, tanto en la pantalla como en su vida real. Parecía de veras un tipo del que te podías fiar, que no andaba con triquiñuelas, que decía las cosas a la cara, te gustasen o no. Era el equivalente al defensa central que cualquier equipo de fútbol que se precie debería tener: alguien bregado en mil batallas, feo y fuerte, porque su misión en el campo de juego es meter miedo a los rivales. Hoy, por desgracia, los defensas, por ejemplo de la Selección, tienen cara de niños buenos, de imberbes, de gráciles regateadores, de expertos manejadores del balón...; ¡una desgracia, se mire por donde se mire!

Extrapolando la cosa a la marejada de elecciones que se nos vienen encima, uno intentó, antes de escribir estas líneas, encontrar en el espectro político a un tipo que me pareciese fiable, que reuniese las tres condiciones del epitafio del Duque y de la canción de Loquillo: nada, un vacío total, un desierto, un páramo deshabitado hasta de fantasmas. Sé que a veces soy un poco intransigente, pero esta vez no. Ni en la Provincia, ni en la Comunidad, ni en el Estado, hallé a alguien que transmitiese esa fiabilidad, ese convencimiento de que no te la va a meter doblada a la primera oportunidad. La verdad es que no sé porqué me extraño, pero, al final, siempre queda un halo de esperanza, de que me demuestre a mi mismo que estoy equivocado, que votar es una gran cosa, que la papela que introduces en la urna sirve para algo, que la gente que saldrá elegida se dejará los cuernos para conseguir que sus vecinos vivan mejor, sean más felices y que logren dormir por la noche, sin tener pesadillas, sin soñar que sus hijos y sus nietos vivirán peor y mucho más expuestos a los peligros del mundo... Para conseguir esto, es menester que los tipos que mandan sean serios, fuertes y formales; y, también, si es posible, feos, puestos que los que pertenecemos a este genero de personas estamos mucho más libres de caer en tentaciones, de escuchar cantos de sirenas, en pensar, cuando nos miramos en el espejo, que somos más guapos que el copón y que tenemos a todas las hembras detrás de nuestros huesos.

Además, ya lo dijo aquel de Vegas, una vez que fue a pasar el fin de semana a Gijón: le entró a una mujerona que quitaba el hipo sólo de verla y la paisana se rió en su cara ante la osadía: «¿Cómo quieres ligar conmigo, si eres más feo que Picio?» A lo que leonés la contestó: «No pensaba ligar contigo por lo guapo, sino por lo extravagante, que también vale».

Pues lo dicho: antes de meter la papela en la cajita, pensad muy mucho si vale la pena perder el tiempo en hacerlo. Lo más seguro es que los ‘canta-mañanas’ que salgan elegidos hagan las mismas tonterías y cometan las mismas torpezas que los que estuvieron en la palestra antes que ellos. Sin ir más lejos, nuestros sinvergüenzas habituales están ‘regalando’ miles de millones de euros a los gobernantes del segundo país más corrupto de Europa, la Ucrania de los cojones... ¿Tiene alguna lógica hacerlo? Desde luego que no. Eso os pasa por no elegir a alguien ‘Feo, fuerte y formal’. Salud y anarquía.
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