23/12/2025
 Actualizado a 23/12/2025
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Hace muy pocos días fallecía Roberto Iniesta, cantante carismático del grupo de rock Extremoduro, natural de Plasencia. Aunque para quienes ya somos mayores nos resulte un tanto lejano, reconozcamos que este conjunto musical ha ayudado a promocionar a su tierra. No obstante, hoy esta tierra, geográficamente marginal, compañera de fatigas del vecino Portugal, experimenta un especial protagonismo. Son muchos los españoles que desean salir del atolladero en que se encuentra España con un gobierno que ni gobierna ni deja gobernar y que podría perpetuarse indefinidamente, convertido en una autocracia o, si se prefiere, en una dictadura.

En situaciones como la presente, en cualquier país democrático se habría optado por convocar elecciones, pero ni al Presidente del Gobierno ni a sus socios les interesa arriesgarse a perder sus sabrosas prebendas. Están dispuestos a resistir, como sea, con tal de permanecer en las respectivas poltronas. Por eso las presentes elecciones autonómicas y las que tendrán lugar dentro de pocos meses se miran como una especie de encuesta realista que permita adivinar por donde quieren caminar los españoles. Extremadura se ha convertido en el punto de partida. Mientras se escriben estas líneas está teniendo lugar la jornada de reflexión. Y hasta mañana a estas horas no sabremos el resultado. Apagamos ahora el ordenador y esperamos continuar mañana, tratando de sacar las conclusiones. Buenas noches…

Buenas noches de nuevo, veinticuatro horas más tarde. El resultado ya se sabe. En una tierra tradicionalmente de izquierdas ha arrollado la derecha, aunque dividida. La izquierda está de bajón y, aunque el candidato tenía asegurado el descalabro, era preciso mantenerlo por los lamentables favores prestados al Presidente y a su hermano.  El Partido Popular tal vez vendió la piel del oso antes de cazarlo y no consiguió la mayoría aplastante que deseaba. Los del PP siguen sin ser conscientes de que sus cobardías y vacilaciones han engendrado a Vox y por eso les come parte de la merienda. Los de Vox, que tienen razón en algunas cosas, no la tienen tanto en otras. A veces da la  impresión de que piensan más en ellos que en España, y no se libran del virus populista. Estaban gobernando en varias comunidades con el PP y de pronto a su jefe le dio un berrinche y rompió todos los pactos. Así no parecen muy de fiar. Entendemos su preocupación por el tema migratorio, pero no su obsesión patológica con los inmigrantes. La primera Reconquista comenzó en Asturias. ¿Habrá comenzado la segunda por Extremadura? 

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