22/02/2023
 Actualizado a 22/02/2023
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Hace un tiempo hablaba de la importancia de las sensaciones en el fútbol. De cómo, más allá de los números, las dinámicas juegan un papel en ocasiones más determinante incluso que los aspectos tácticos o técnicos. Y aunque llevemos sin conocer la victoria 7 jornadas, desde aquel 2-1 al Villarreal B el Día de Reyes, nuestra dinámica, por mucho que nos veamos en una situación comprometida, es de estabilidad. Necesitamos una victoria como el comer, eso lo sabemos todos. Reconozco que cuando Quintero González -otro que sumar a la lista de esos arbitrajes que te van minando la moral con su doble rasero tarjetil- pitó el final, no tenía buen sabor de boca. Sentía que acabábamos de dejar escapar dos puntos vitales no sólo para la clasificación, sino para reforzar la confianza del equipo y de la afición. Hubo ocasiones y superioridad numérica en los últimos minutos para lograrlo. En cualquier otro momento, un empate ante el Levante sería un resultado más que decente, pero en la situación actual, lo primero que se te viene a la cabeza es que a base de empates no vamos a ningún sitio. Y en gran parte es cierto. Pero la realidad es que, como tantas cosas en la vida, no todo es blanco o negro. Precisamente, que este resultado sepa a poco da idea de hasta qué punto compitió el equipo el sábado. Es verdad, hace falta sumar de 3 en 3, porque si no los números no salen. Pero os voy a dar un dato: en las últimas 5 jornadas, la Deportiva es el equipo que menos pierde de los 10 últimos clasificados -solo una derrota, frente al Éibar-. El equipo más regular. Esta regularidad es la que nos mantiene a tan solo 1 punto de la salvación. Es verdad que de esa misma lista de 10 equipos, 7 han conseguido una victoria en estas últimas 5 jornadas. Pero solamente una, ninguno ha vuelto a ganar. Por eso, una victoria lo cambia todo. Si seguimos en esta dinámica, una victoria nos da alas, nos sitúa un pasito por encima de todos los que están luchando por lo mismo que nosotros. Solamente falta el gol. En otros partidos no le hemos dado demasiado trabajo al portero rival, pero el sábado volvimos a ver producción ofensiva. La pelota simplemente no quiso entrar. Vimos ocasiones, unos jugadores que compitieron, que lucharon y que creen firmemente que sí se puede. Falta esa pizca de suerte, pero llegará. Apoyemos hasta el final, estoy convencido de que lo conseguiremos. Estamos ahí.
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