Si es posible, es mejor empezar un año nuevo con ilusión. Y también comenzarlo con buenos deseos para los demás. No les vas a desear que se partan una pierna, porque entonces ellos desde luego deberían desearte a ti que te partas las dos. Ya después se verá lo que trae el año debajo del brazo, si es bueno o no.
La realidad, en cualquier caso, suele imponerse a los deseos. Y a las tragedias que siguen pasando por el mundo se suman a veces en estas fechas otros pesares personales. Eso las deja marcadas para siempre con un trazo negro. Hay unos versos de un poema de Paul Celan que dicen «Hazme amargo. / Cuéntame entre las almendras». Son muchas las personas que tienen alguno o algunos de los días navideños entre sus fechas más sombrías, que las cuentan entre «lo que es amargo y te mantuvo en vela», como escribe el poeta rumano.
Una de las mejores películas para ver en Navidades es ‘El apartamento’, de Billy Wilder. Es una película, desde luego, amarga. Pero también divertida. Agria y dulce, como la salsa del restaurante chino al que van dos de los protagonistas: Fran, la chica de la película, interpretada por Shirley MacLaine, y Sheldrake, el jefe casado con el que mantiene una relación.
‘El apartamento’ teje una crítica hacia muchas cosas: las relaciones entre hombres y mujeres, las relaciones laborales y su dialéctica del amo y el esclavo, el machismo, el amor. Una de mis escenas favoritas es la del espejo. En ella el protagonista, Bud, interpretado por Jack Lemmon, que es el hombre que deja su apartamento como picadero para sus jefes y que está enamorado de Fran, se prueba un bombín. Para que vea cómo le queda, ella le presta su espejito de mano. Es el mismo que él encontró en su apartamento la noche anterior, tras habérselo dejado a su jefe, Sheldrake. Así descubre la relación entre los dos. El espejo, que ella le tiró a Sheldrake, está roto. Y Bud, también, porque ahora lo sabe todo.
-¿Qué le pasa? -pregunta ella.
-El espejo, está roto -contesta él.
-Sí, lo sé -responde-. Y no me disgusta, así me veo tal como me siento.