17/11/2023
 Actualizado a 17/11/2023
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Si ha pasado durante estos días por alguna de las numerosas manifestaciones contra la formación de Gobierno en España, reconozco sentir bastante envidia. Porque, honestamente, para que tu mayor preocupación cualquier día de la semana sea si se rompe o no España es que la vida te trata sensacionalmente bien.

Ni preocupaciones en el trabajo, ni dolores de cabeza con la familia, todo perfecto de salud... una maravilla, oiga. Desde luego que viendo las imágenes de las manifestaciones de estos días el perfil se cumple, porque responde esencialmente a dos tipos: gente muy joven, gente de mediana edad que ha decidido empaquetarle a otros sus problemas o ha renunciado a tenerlos o gente mayor o recién jubilada, sin esencialmente mucha más cosa que hacer. La otra parte son los políticos, a los que les va el sueldo y el tener precisamente la vida asegurada en dar la turra como efectivamente hacen con aparente gran éxito.

Teniendo claro que lo que se haga debe estar siempre dentro de la legalidad, puedo yo estar más o menos de acuerdo con lo que estos días se discute, amnistías, pactos y cesiones, como a buen seguro la gran mayoría de los españoles. Pero a mí, como también posiblemente a muchos de ellos, sin duda lo que más me preocupa del gobierno que está por venir son otras cosas mucho más mundanas. Que la gente trabaje menos horas para poder estar más tiempo con los suyos, que se amplíen las semanas en las que los padres podemos disfrutar de nuestros hijos pequeños, que suban los salarios, que se pueda acudir a la sanidad pública cuando sea necesario con todas las garantías... no sé, cosas que seguramente a muchos les parezcan mundanas entendiendo que han venido a esta tierra a salvar a España.

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