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Entre maños y cazurros anda el juego

26/10/2025
 Actualizado a 26/10/2025
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Sorpresa mayúscula ha sido que los «pelotoneros» (como hubiera dicho Victoriano Crémer) de la Cultural y Deportiva Leonesa le dieran un varapalo futbolístico al Real Zaragoza endosándole 5-0 el pasado día 18 del corriente mes en su mismo Estadio de La Romareda. Bien es verdad que, antes del encuentro, maños y cazurros ocupaban, respectivamente, el último y penúltimo puesto de la clasificación general de Segunda División. Aunque en León no había ganado un solo partido, sin embargo, era el tercero que la Cultural lograba fuera de casa. Se cumplía eso de que nadie es profeta en su tierra; y en el fútbol, como en otros campos, lo previsible muchas veces se hace inesperado.

No era nada nuevo el éxito futbolero leonés en Zaragoza. En la temporada 1954-1955 la Cultural se había impuesto en El Torrero por 2-4 y 5-1 en La Puentecilla. Y en la temporada 1971-1972, la Cultural remontaba al Zaragoza en León un 0-3 terminando con un empate a tres goles. 

Si pasamos de los tres palos a la canasta, también el Baloncesto León, patrocinado por la empresa privada Climalia y dirigido por Gustavo Aranzana, logró el ascenso a la ACB (Asociación de Clubs de Baloncesto) el 27 de mayo de 2007 al vencer al CAI (Caja de Ahorros de la Inmaculada) de la capital zaragozana en la liga LEB (Liga Española de Baloncesto) y a domicilio por 79-89, en el quinto y último partido de la eliminatoria con el resultado de tres victorias contra dos, ganando así, contra todo pronóstico, la subida a la máxima de categoría. 

No puedo cerrar este artículo sin contar algo también relacionado con la capital maña. La Obra Social y Cultural de Ibercaja convocaba un Certamen Literario Nacional de relatos y poesía para mayores de 65 años. Recientemente cumplidos, a él me presenté el 31 de mayo de 2007. Paseando un día por el Parque de Quevedo recibí una llamada telefónica de Ibercaja comunicándome estar nominado entre los diez finalistas. A él se habían presentado de todas partes de España. Pocos días después recibí una carta de la entidad bancaria con la invitación y, caso de aceptación, gastos pagados tanto del viaje como de estancia hotelera durante dos días. El acto de entrega a los premiados tendría lugar en su Centro de Exposiciones y Congresos. Acepté y allí acudí. Lleno a rebosar. Acomodaban el salón azafatas elegantemente vestidas. Asentados en primera fila, un locutor fue nombrándonos, tanto para el premio de relato como para el de poesía. Respecto al primero, como quiera que, en llegando el noveno, mi nombre no había sonado: «ego sum qui sum». 

Mi relato se titulaba ‘La garantía’. Un viejo temeroso que le roben el dinero ahorrado, duda cuál puede ser el lugar más seguro para guardarlo. Pero un día le falla la memoria del sitio elegido. Lo busca infructuosamente por todas partes de la casa. Harta su mujer: –«Por favor, Candidín, ya basta, no rebusques más, mete el dinero en la Caja de Ahorros y adiós y santas pascuas». Consejo que, ¡ni pintado!, para conseguir un premio de la Caja de Ahorros. Como tal: una placa, la publicación del relato, un motón de libros y un gran centro sobremesa de cristal. Esto respecto a la modalidad en prosa. En cuanto a la modalidad en verso el ganador fue Antonio Esteban González, un buen escritor muy premiado de Toral de los Vados.

Como queda dicho, en la capital maña y en el mismo día, un equipo de baloncesto de la capital leonesa ascendía a la liga superior y dos autores leoneses triunfaban literariamente, tanto en verso como en prosa, ante la mirada un tanto celosa y apesadumbrada de sus competidores. 

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