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Entender, luego ser entendido

06/06/2023
 Actualizado a 06/06/2023
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El quinto hábito que señala Covey en ‘Los siete hábitos de la gente altamente efectiva’ es «Buscar primero entender. Luego, ser entendido», la clave de la comunicación interpersonal efectiva.

¿Qué formación o educación nos permite escuchar de tal modo que comprendamos real y profundamente a otro ser humano en los términos de su propio marco de referencia individual? Si quiere interactuar efectivamente con otra persona, influirla, lo primero que necesita es comprenderla. La clave real de la influencia es el ejemplo, la conducta real y se pone de manifiesto en el modo en que uno realmente lo experimenta al otro. Si yo no me abro a otro, si el otro no me comprende, ni mi situación ni mis propios sentimientos, tampoco sabrá cómo aconsejarme: lo que me dice es perfecto, pero no tiene nada que ver conmigo. A menos que el otro se vea influido por mi singularidad, yo no voy a verme influido por su consejo. Y la técnica nos basta, porque el otro la verá como manipuladora. Se tiene que desarrollar la capacidad para la escucha empática basada en el carácter y que suscita apertura y confianza.

Escuchar con empatía es un cambio de paradigma profundo: la mayoría de las personas no escuchan para comprender, sino para contestar. Están hablando o preparándose para hablar. Lo filtran todo a través de sus propios paradigmas, leen su autobiografía en las vidas de los otros. La escucha empática es el quinto nivel, escuchar con la intención de entender. No consiste en estar de acuerdo sino en comprender profunda y completamente a la otra persona, tanto emocional como intelectualmente. Se escucha con los oídos, con el corazón, con los ojos: se escuchan los sentimientos, los significados, la conducta. Cuando uno escucha con empatía a otra persona, le proporciona ‘aire psicológico’. Y después de dejar satisfecha esa necesidad, puede centrarse en influir o en resolver problemas.
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