No he conseguido saber cuál es el origen de la expresión ‘un tonto a las tres’, pero sí he tenido la ocasión de conocer al auténtico ‘tonto a las cuatro’. A las cuatro de la tarde llegó con su chica a la terraza de un céntrico restaurante leonés. Hablaba con ella un pésimo español, aunque se encargaba de hacerlo al volumen necesario para que le escuchase toda la plaza. Pidió pasta, pero la camarera le dijo que a esa hora ya no era posible, aunque sí podrían servirle una pizza o una ensalada. El tonto responde a la camarera en mal tono, le hace burla cuando se va, se siente ofendido porque considera que no se ha explicado adecuadamente, que debió haber utilizado una expresión menos dura, algo como: ‘usted comprenderá, señor, que dada la hora…’, como el mayordomo de Downton Abbey, vaya. Continúa manifestando, para sonrojo de la pobre chica –española– que le acompaña, que por estas cosas nuestro país está hecho unos zorros y tenemos que irnos a trabajar a Manchester, y luego nos extrañamos del ‘brexit’.
Minutos después aparece el encargado, ofrece detalladas explicaciones sobre el horario de la cocinera pero le dice que, pese a todo, le prepararán su pasta. El tonto, haciendo gala del rasgo más característico de su condición, no rectifica: no es normal que en una ciudad en fiestas te preparen un plato de pasta a las cuatro de la tarde como si te estuvieran haciendo un favor, y una vez más, por razones que sólo el tonto conoce, ello explica el Brexit.
Tras la máscara de su acento británico piensa el tonto que los que no tenemos más remedio que escucharle ignoramos que en absoluto se crió en Downton Abbey, que en su país las cocinas de los restaurantes tienen horarios más rígidos que los nuestros, y que así como la camarera y el encargado del local leonés en el que está no parecen tener intención de ir a trabajar a Manchester, él y muchos de sus compatriotas se mueren por jubilarse para salir pitando de la Gran Bretaña e instalarse en el lugar más hortera del Levante español, donde se puede leer el Times a pleno sol bebiendo sangría y luciendo sandalias con calcetines.
No se puede negar que Europa ha dado razones de peso para que los ingleses hayan decidido largarse de la Unión, ni que los británicos poseen virtudes que deberíamos imitar, ni que en España tenemos también tontos como para cubrir todas las horas del reloj con sus medias y sus cuartos, pero también es verdad que sé lo que votó el tonto a las cuatro en el referéndum del ‘brexit’ ¿habrá muchos como él?

El tonto a las cuatro
03/07/2016
Actualizado a
19/09/2019
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