Mañana cambiará el mundo. Sí, lector: mañana, 21 de abril de 2015, una «tormenta de ideas» programada por el Ideas World Cup, dentro del marco del día internacional de la creatividad, pondrá el mundo patas arriba, al menos el mundo tal como lo hemos conocido hasta aquí, con sus constelaciones, satélites y planetas, y sus evoluciones cada vez más predecibles.
Y será León uno de los centros neurálgicos desde los que las ingenios podrán enviar sus propuestas para ese cambio, a una base de datos central, una especie de inteligencia artificial, que los procesará.
Eso sí, todas las ideas han de ser realizables; nada de quimeras ni utopías ni eslóganes como los del mayo del 68. Todo pesado y medido y a punto de cocción. Nada de prodigios. Tan solo ciencia e imaginación. Como les dijo Rubén Darío a Max Estrella y a Don Latino cuando se encontraron en el café Colón (Escena nona de Luces de Bohemia) «¡Sobran prodigios! Afortunadamente no los vemos ni los entendemos. Sin esta ignorancia, la vida sería un enorme sobrecogimiento».
Y habrá tres premios: uno para el mayor número de ideas; otro para la mejor idea local; y un tercero para la mejor idea global.
De modo que este cronista, ha elucubrado una propuesta realizable para cambiar el mundo, y con ella opta al galardón de la mejor idea local: se podría construir un Nuevo Grial recomponiendo los trozos del vaso en el que bebió su último trago Genarín en aquella farragosa y trágica jornada de su deceso, en la carretera de los Cubos, bajo las ruedas del camión.
Las posibilidades milagrosas serían grandes y, valiéndose de ellas, acabar con el paro, las miserias, la material y la moral, y con los políticos en general.
«¿Tú eres creyente, Rubén?» le pregunta Max Estrella a Rubén Darío. «Yo creo» le responde el genio… «Eres un farsante, Rubén» Vaya por delante que la idea, si bien se mira, tampoco es un disparate mayúsculo, ya que si Genaro Blanco es sacado cada año en procesión no hay motivo alguno para que no se reivindiquen sus objetos personales. El sobrecogimiento nos protegerá. Al menos, mientras continuemos sumergidos en la ignorancia.
Pero, reconocerán ustedes que la idea de contribuir a cambiar el mundo, aunque sea en medio de una tormenta de ideas, no la puede dejar pasar de largo un farsante que se precie, como es el caso de este escribidor.

El sobrecogimiento
20/04/2015
Actualizado a
19/09/2019
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