24/07/2023
 Actualizado a 24/07/2023
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La escasez, esa lacra a la que tanta tirria cogimos en nuestra infancia rural en tiempos de posguerra, mira por donde, puede ser un don valioso en el mercado de la necedad en el que parece nos encontramos ahora. Eso sucede con el rodio, un metal escaso pero de propiedades únicas. Mucho mas caro que el oro, mucho mas buscado que el litio, mucho más valorado que la poesía. Pero sumamente escaso. «Como el dinero y el peatón» (como decía Angelillo).

¿Y para qué sirve? Duro y resistente a la corrosión, pero frágil y de baja ductibilidad, y con un punto de fusión muy alto lo que dificulta su manejo, se utiliza en joyería para bañar el oro y darles brillo y durabilidad a las piezas que lucirán en los salones y en los cuerpos de los poderosos de este mundo. Y en la industria automovilística y electrónica como componente de los catalizadores.

Escaso, como el talento y el esfuerzo, como la empatía y la altura de miras, como la sinceridad en los políticos que juran y perjuran haber sido ellos los que le cortaron la cabeza a Goliat el Gigante. Ellos solitos. Y sin despeinarse. Así es el rodio, el decir del político en elecciones, igual que el chile verde: picante, pero sabroso.

Pero, por lo demás, nada interesante que llevarse a la boca: Como las/los ‘influencers’, como los raperos, como las banderas, como los negacionistas, como las fumarolas. Menos mal que, por sobre todo ello, ha tenido que venir ‘nuestro’ Rodríguez Zapatero, experto reconocido en «ministras que salen en bata guateada al panadero», e intérprete del oscuro pensamiento el gran argentino JL Borges…) quien haya tenido que introducir en un ‘mitin’ la sublime idea del universo, y el cosmos, y sobretodo el infinito, elementos que en la política vienen a ser como el rodio en la joyería, que, si no, ahora mismo aquella, la política, se resentiría y todo nos sabría a poco.

Lástima que no estuviera presente en el debate a tres en la TV pública el miércoles de marras, donde ninguno de ellos, (ni Abascal, ni Yolanda, ni Sánchez) se atrevió a decir lo que era una mujer. ¿Verdad Yolanda? Tal vez el ausente (Núñez Feijóo) hubiera sido el único capacitado para responder a esa pregunta; pero estaba roto.

«España ganará, si ganamos nosotras», sentenció Yolanda. Eso es el rodio. Y le faltó gritar: ¡Viva la escasez de ideas! ¡Vivan los novios! Porque lo que quedó patente es que la feliz pareja se promete a sí misma un baño reluciente de infinito. Y los espectadores, incluyendo al presentador, ante tanta escasez, atónitos.
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