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El que no llora no mama

19/06/2017
 Actualizado a 07/09/2019
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No me preocuparía si no fuera porque casi palabra por palabra me lo han dicho tal cual en dos instituciones que se supone están en los dos extremos de la cuerda. «Tendrá que haber algo también para los que no protestamos por todo» viene a ser el rebudio con el que se quejan de la desproporción entre las tajadas que de los presupuestos y del reparto de otros fondos van a dar al plato de los territorios más guerreros y de las que va a dar al platín de provincias como León, un ejemplo de conducta, vaya.

Lo más grave del asunto, como comencé diciendo, está en que no son trabajadores a los que la protesta, la huelga o el pleito les puede salir por 200 euros en el mejor de los casos y sin una carta de recomendación para facilitar la inminente búsqueda de empleo. Quienes me hablaban en estos términos son dos cargos, más o menos altos, de organizaciones empresariales y de sindicatos. Es decir, los que han sido elegidos por los de su bando, sea el que sea, precisamente para eso, para protestar y exigir y defender los intereses de aquellos que confían en ellos. No hablamos de levantar barricadas, ni tomar los palacios de invierno, ni de conspiraciones magnicidas. Hablamos de defender los intereses del bando que sea tanto como defienden el sillón.

La estrategia del niño bueno, del arrimarse, del no contradecir  al que manda, del servicial, no marcha. La ilusión se agota rápido y suele concluir con el efecto contrario porque el que tiene la sartén por el mango se acostumbra rápido a los palmeros y tiende a dejar para lo último a los que dan menos problemas, que total, no se van a enfadar. Es más, una eventual protesta, crítica, petición o llanto es tomado como una muestra de traición, una deslealtad, y acaba terminando con un «con lo que yo te he dado».

Y así estamos. Y ya no le puedo consultar a la Tía Eródita, pero recuerdo muy bien las clases magistrales con las que solía concluir el análisis sociopolíticos de fenómenos como el que les he relatado. El que no llora no mama.
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