El mal existe, y para darse cuenta de ello basta con ver los telediarios. Con frecuencia, de cada diez noticias no hay dos buenas. La mayoría suelen ser negativas: violencia, injusticia, mentira… Pero de todos estos males algunos se deben principalmente a la debilidad o al vicio de quien los comete: un maltratador o un violador que es víctima de sus bajos instintos, un ladrón que sucumbe ante el ansia de dinero, un asesino que se deja arrastrar por la ira…
Sin embargo, hay males que están programados y organizados. Por ejemplo, el terrorismo. Se trata de mentalizar a determinadas personas de que hay un ideal por el que matar: así, por ejemplo, la independencia de los vascos, en el caso de ETA o la implantación de una religión en el caso del yihadismo. Se crea una ideología, se inocula en la gente que la acepta ciegamente, sin ningún espíritu crítico, se convierte en dogma de fe, y después ya solo queda actuar con gran fanatismo.
Entre las ideologías más perversas y que más daño han hecho en el último siglo, está la comunista, que hizo que muchos creyeran posible que con su materialismo dialéctico y gracias a la lucha de clases se alcanzaría el paraíso en la tierra. Nada más lejos de la realidad. Allá donde se ha tratado de poner en práctica sólo ha dejado desolación y miseria. En este sentido Rusia, o si se prefiere la antigua Unión Soviética, llegó muy lejos por todo el mundo con su propaganda. Cualquiera podría pensar que, con la caída del muro de Berlín y del propio comunismo, Rusia dejaría de envenenar el ambiente. Pero una vez más se cumple el dicho de que «la zorra cambia de pelo, pero no de vicio». Parece que no hay dudas en que desde Rusia se está tratando de desestabilizar Europa, incluida España. Es otra muestra más de la maldad organizada, y lo que es peor, del éxito que con frecuencia tiene la mentira. Eso sí, quien cae en sus redes puede consolarse considerándose «progresista».
El mayor éxito de la maldad organizada consiste en lavar el cerebro a las personas y hacer pasar por bueno o verdadero lo que es sencillamente malo y falso, que se cuela con más facilidad que los virus de la gripe. Y así por ejemplo se ve con naturalidad la destrucción de miles de vidas humanas en el seno de sus madres, la proliferación de la droga, el alcoholismo juvenil, la promiscuidad, el olvido de Dios, la falta de ética, el materialismo de la vida… y tantas otras conductas cada vez más generalizadas que van contra la razón y el sentido común. A veces da la impresión de que la gente es cada vez más tonta.

El mal organizado
14/11/2017
Actualizado a
07/09/2019
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