Las aristas de la despoblación son infinitas. El coche de línea ha sido otro de los perjudicados por la falta de población en el medio rural leonés y, una vez más, hace plantearse la dicotomía de que pasa primero, se va la gente y se van los servicios o se van los servicios y no viene la gente. El caso es que las conexiones de transporte regulares que unían a los pueblos de la provincia con los principales núcleos de población han ido menguando al mismo tiempo que los censos, evidentemente porque también hay menos viajeros potenciales. Una estampa arraigada en esta provincia, la del coche de línea, que cada vez es menos frecuente, valga el doble sentido.
En el 2008 la DGT tenía registrados 768 autobuses, mientras que en el último recuento la cifra se redujo en 130 vehículos, hasta los 638.
Con la reducción de la flota se ha producido también la de las líneas y frecuencias, que ha sido paliada en parte por el servicio de Transporte a la Demanda de la Junta de Castilla y León, que también ha sufrido una caída paulatina en el número de usuarios en León. Según las estadísticas oficiales la cifra de viajeros ha caído desde los 65.375 registrados en el 2012 hasta los 40.160 del pasado año. No obstante, en un territorio tan vasto y accidentado como la provincia leonesa cada comarca tiene su propia situación, en gran medida condicionada por el desarrollo de la zona.
Tocados y (casi) hundidos
Las conexiones de transporte regulares que unían a los pueblos de la provincia con los principales núcleos de población han ido menguando al mismo tiempo que los censos, evidentemente porque también hay menos viajeros potenciales
26/02/2018
Actualizado a
28/08/2019
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