En un contexto social marcado por el envejecimiento de la población, la labor del Grupo de Atención a Mayores de la Policía Local de León se ha consolidado como un modelo de proximidad, eficacia y sensibilidad. Este cuerpo especializado no solo garantiza la seguridad de uno de los colectivos más vulnerables, sino que también ha sabido tender puentes de confianza entre la institución y la ciudadanía. Las actuaciones desarrolladas —desde visitas domiciliarias preventivas hasta la localización de personas desorientadas o en situación de riesgo— demuestran una estrategia bien estructurada que prioriza el bienestar de los mayores por encima de la mera actuación reactiva. El enfoque humano de esta unidad, así como la formación específica de sus agentes, ha sido clave para detectar casos de soledad no deseada, negligencia o abandono, problemas muchas veces invisibles para el entorno inmediato. El reconocimiento a este trabajo no debe quedarse en la felicitación puntual, sino traducirse en apoyo institucional continuado, dotación de recursos y visibilidad mediática, pues de poco serviría haber hecho el esfuerzo de poner en marcha esta unidad y dejar que cayera poco a poco en el olvido. León gana en cohesión social cuando protege con esmero a sus mayores. Y es que cuidar de quienes antes cuidaron de nosotros es, además de un deber ético, una apuesta decidida por una sociedad más justa.
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