El año pasado, León registró más de 600 intentos de suicidio, una cifra que no puede pasar desapercibida. Detrás de cada número hay una persona, una historia, una señal de alarma que como sociedad no debemos ignorar. La salud mental sigue siendo una asignatura pendiente, tanto en el ámbito sanitario como en el educativo y laboral. La prevención del suicidio comienza con una atención psicológica accesible, continua y desestigmatizada. La ratio de profesionales de salud mental por habitante sigue siendo insuficiente, y las listas de espera desaniman a quienes buscan ayuda. Es imprescindible reforzar los recursos públicos, facilitar el acceso a terapias y fomentar campañas de sensibilización que normalicen pedir apoyo. Asimismo, resulta esencial trabajar desde edades tempranas en la gestión emocional y en el desarrollo de redes de apoyo. La soledad, el estrés o la precariedad pueden actuar como detonantes, pero con herramientas adecuadas es posible intervenir a tiempo. León no puede permitirse mirar hacia otro lado. Atender la salud mental con la misma urgencia que la física es una cuestión de responsabilidad colectiva. Porque prevenir el suicidio no es solo tarea de especialistas, sino de toda la sociedad. Es hora de escuchar, acompañar y actuar.
Priorizar la salud mental para salvar vidas
La provincia de León registró el año pasado más de 600 intentos de suicidio, una cifra que no puede pasar desapercibida porque detrás de cada número hay una persona, una historia dramática, una alarma
28/03/2025
Actualizado a
28/03/2025
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