La Universidad de León ha inaugurado este curso el Grado en Ciencias Gastronómicas con apenas 20 estudiantes matriculados, lo que supone solo cubrir una de cada dos plazas ofertadas. Pese a contar con una creciente demanda social e institucional por la profesionalización del sector gastronómico, el escaso tirón inicial obliga a una reflexión sobre cómo se ha planteado esta nueva titulación. León y su entorno cuentan con una riqueza agroalimentaria notable y una cultura culinaria de prestigio. Sin embargo, este potencial no se ha traducido, al menos de momento, en un interés suficiente por parte del estudiantado. La falta de tradición universitaria en este ámbito, una difusión limitada del nuevo grado o la competencia con otros centros consolidados podrían explicar esta baja acogida inicial.
Aun así, el proyecto tiene margen de mejora. La implicación del sector hostelero, una mejor conexión con las salidas profesionales y la promoción del atractivo de estudiar gastronomía en León pueden ser claves para que esta propuesta educativa cuaje. Es un primer paso que requiere continuidad, adaptación y apoyo institucional. La semilla está plantada; ahora toca cultivarla con esmero.