Como era de esperar, la que se convirtió en una de las promesas estrella de Fernández Mañueco, la gratuidad de educación pública a partir de un año, está arrancando con muchos problemas. Resulta lógico, si se tiene en cuenta que siempre hay problemas en el inicio de curso por la situación que atraviesan muchos colegios y, también, por la situación que atraviesan muchos profesores, que hasta el último momento no saben cuál va a ser su destino o la especialidad que les va tocar impartir. Pero, además, en el caso de los pequeños, la infraestructura es más compleja, y en este primer curso en el que se está implantando, profesores y sindicatos ya destacan el mal funcionamiento en estos primeros pasos. Al final, se esta reestructurando todo el sistema educativo, puesto que los niños van cada vez más pequeños al colegio y salen de él también antes que nunca con rumbo a los institutos, lo que provoca que, en el cambio, los primeros estén más desiertos que nunca y los segundos desbordados. Lo peor, una vez más, es que no lo hacen todas las comodidades, lo que vuelve a poner sobre la mesa por enésima vez la necesidad de un Pacto de Estado sobre la Educación.
Un inicio convulso
La puesta en marcha de la educación gratuita a partir de un año está provocando numerosas incidencias por diferentes problemas con infraestructuras y profesorado
15/09/2023
Actualizado a
15/09/2023
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