Fue Cicerón quien dijo que «la historia es la maestra de la vida». Y tiene toda la razón. La historia nos enseña de dónde venimos y cómo ha ido evolucionando la humanidad. Nos ayuda a descubrir los errores para no repetirlos y también nos ofrece el ejemplo de las personas buenas para poder imitarlas. De alguna manera nos ayuda también a programar adecuadamente el futuro. Una persona que desconoce las principales etapas de la historia de la humanidad o en nuestro caso de la historia de España ciertamente no es una persona culta. Por todo ello no es exagerado decir que las lumbreras que han diseñado el currículo de la actual ley de educación o son unos incultos por no saber valorar la importancia de la historia o son malas personas por no dar a nuestros jóvenes la oportunidad de tener ese conocimiento. Las personas ignorantes siempre serán más fáciles de manipular y someter.
Lo que, además de signo de incultura, es más que ridículo es querer que los alumnos empiecen a conocer la historia desde 1812, por eso de la Constitución salida de las Cortes de Cádiz, como si lo anterior no sirviera para nada. No sabemos cómo no se les ocurrió empezar en 1931 con la Segunda República o tal vez mejor desde 2018, como si el mundo comenzara con Sánchez. Nada sirve el legado que nos dejó Gracia, Roma o Egipto, ni las cosas buenas que nos dejaron los árabes. Las catedrales románicas o góticas se supone que brotaron espontáneamente como las setas y los grandes hombres del renacimiento no merecen la menor consideración.
Lo bueno de que sólo se estudie la historia desde 1812 es que es una forma muy fácil de eliminar el cristianismo y todo lo que Jesucristo ha supuesto para la humanidad con su forma de entender la dignidad de la persona, incluido el rechazo de la esclavitud. ¿Cómo se puede entender la Declaración de los Derechos Humanos o las cosas buenas de la Revolución Francesa (Libertad, Fraternidad e Igualdad) sin el mensaje del Evangelio? Por supuesto que España ya no podrá presumir de protagonizar una de las gestas más importantes de la historia de la humanidad con el descubrimiento de América.
En todo caso nuestras lumbreras que nos gobiernan deberían explicar por qué el año 1812 se llama así y no es el año 400 o el 2050. Al parecer es porque hace referencia al nacimiento de Jesucristo. De la misma manera que si hablamos del siglo de Pericles tendremos que decir que fue el siglo V antes de Cristo. En conclusión, guste o no guste, Jesucristo es el punto de partida hacia adelante o hacia atrás.

El comienzo de la historia
12/04/2022
Actualizado a
12/04/2022
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