Imagen Juan María García Campal

Ejercitando la paciencia

05/11/2025
 Actualizado a 05/11/2025
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Esta semana le he dado a la gimnasia. No teman, más que para ponerme o –si alguna vez lo estuve– mantenerme cachas, más bien estoy para seguir un curso acelerado de «uso elegante del bastón (vulgo cacha o cachava)», aun sea en modalidad virtual, más que nada, por guardar la debida discreción de las primeras clases prácticas. Me refiero a una especie de ejercicios o gimnasia espiritual. Aun cuando la formación del propio carácter ha embridado y domeñado en gran medida los indómitos caballos de mi temperamento, sentí necesario profundizar en la ejercitación de esa «capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse» que fija la Academia que es la paciencia.

Con gran respeto y emoción en muchos momentos, contemplé el laico funeral de Estado por las víctimas de la dana del 29-O en su primer aniversario. Comprendí que la presencia y el inalterable gesto de Mazón en la ceremonia exacerbase los sentimientos de algunos familiares contra él, inconmovible, es decir, que aún el número de víctimas, sus familias, su dolor, no se puede conmover, es incapaz. 

Continué el jueves, con la estoica resistencia de las cinco horas, cinco minutos y ocho segundos transcurridos entre la apertura y levantamiento de la sesión de comparecencia de Pedro Sánchez ante la Comisión de Investigación del caso Koldo (si les pongo la denominación oficial, me como un párrafo). ¡Y aguanté! Aguanté la relajada –es ironía– intervención de la senadora de UPN, María Caballero, yo me lo guiso yo me lo como, y, cómo no, y sin previo ansiolítico, la del enojado con el mundo, senador voxista, Ángel-Pelayo Gordillo, de similar cocina. Lo que me asombró fue que, teniendo mayoría absoluta en la cámara y aun siendo su portavoz en la misma, el PP eligiera a senador tan ligero y bis, bis al estribillo, nervioso hasta, ante las llamadas al orden del presidente, el también popular Eloy Suárez, le contestó en varias ocasiones: «¡Renuncio a las preguntas anteriores!». Mas, con lo que disiento totalmente con el compareciente, Pedro Sánchez, es con que dicha Comisión o sesión fuese un circo. Amén de que, como él mismo, respeto al Senado, aun no sepa su función, jamás se debe confundir con ninguna de las siete primeras acepciones del término «circo» con un conjunto de senadores en representación de la cámara por más que, algunos, histriónicos payasos pareciesen. Payasos a los que aprovecho felicito pues hoy, martes 4, día en que escribo, es su Día Internacional. Cosas del PP, Vox y UPN. ¡Trío de hecho! ¡Jesús, Jesús!

¡Salud!, y buena semana hagamos.

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