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Egipcio Awards

07/02/2021
 Actualizado a 07/02/2021
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No solo las personas pueden caminar sobre la delgada línea que separa cordura y extravagancia. Los premios culturales también. Ha habido y hay premios por ahí que están muy locos. Y yo los quiero un montón a todos, sin distinción. Antes adoraba aquellos premios del novelístico Reino de Redonda fallados por un jurado de nobles de lo más salvaje, como el Duque de Trémula Pedro Almodóvar y el Duque de Caronte Fernando Savater. Tenían un gusto exquisito encontrando galardonados de las Humanidades bajo el sostén de Javier Marías. Y ahora adoro los premios del cuentista Museo Liceo Egipcio de León, sin jurado ni sostén conocidos pero con un gusto exquisito y mucha más ambición, pues dan premios desde Artes Plásticas a Ciencia y Labor Social.

De estos vigentes Premios Museo Liceo Egipcio Awards creo que sean inspiración los Princesa de Asturias. Sus fundadores dirían ¿por qué no? si Oviedo celebra aquellos (sujétame el cubata) vamos nosotros a por unos parecidos, tenemos San Marcos para alojar a autoridades y premiados y una bonita sede para la ceremonia, y si no quieren venir pues ya nos acercamos nosotros. Como dice la nota de prensa: «durante este año, el Museo organizará actos independientes para la entrega de cada una de las categorías, tanto en su centro en el Palacio de Gaviria en la capital leonesa, como en el lugar de residencia o sedes de las personas e instituciones premiadas». Nada que no hubieran hecho ya en 2019, en su primer año de funcionamiento, con verdadera previsión prepandémica.

Este 2021 han de peregrinar en busca de Norman Forster y Marianela Núñez entre otros y lo solucionarán con unos cuantos billetes de avión en turista premium y un hotel céntrico en las ciudades que corresponda. Mi duda es si llevarán al dúo de violines Museo Liceo Egipcio para amenizar las veladas. Sería arriesgado por el tema reunión múltiple pero daría un brillo muy aterciopelado a los eventos.

Toda iniciativa es poca, es verdad, y por eso yo mismo animo a mis amigos a montar ‘think tanks’, fundaciones y cualquier tipo de entidad de hostelería playera que se les ocurra, pero lo cierto también es que los museos privados tienen mucho peligro. Hay un largo trecho entre el Museo Erótico de Las Ramblas y el Thyssen. De cualquier manera, por algo se empieza, y nadie se acordará de sus inicios si finalmente el Museo Liceo se convierte en un referente. Como dijo John H. Elliot en 2019 cuando fue agasajado en Londres por sus publicaciones históricas: estos premios representan una espléndida y muy imaginativa iniciativa. Qué buen humor y fina ironía demostró el paisano, inmejorable merecedor del premio Reino de Redonda hacía dos décadas.
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