Estos días, he estado trabajando y estudiando el tema sobre el ‘homeschooling’, o educación en hogar; lo que viene siendo que los niños no estén escolarizados y se les imparta la materia en casa, bien por parte de los padres o de algún tutor.
Cada vez son más los padres que se plantean esta vía de enseñanza con el fin de implicarse en la educación y saber con exactitud los contenidos que reciben sus hijos, así como introducir nuevos métodos de aprendizaje, superar los contenidos reglados establecidos, reducir los efectos negativos de la escolarización y el entorno escolar y una mayor conciliación familiar, pero, ¿realmente se puede hacer esto en España?
Nuestra constitución, establece la educación como un derecho fundamental y, en resumen, establece que debe ser universal, gratuita y de calidad. En ninguno de los preceptos marca que la escolarización sea una medida obligatoria. No obstante, ello está fijado por la ley educativa, imponiendo un periodo de 10 años en los que los menores deben estar escolarizados y acudir a clase con regularidad.
Esta manera de enseñar no es nueva, ya en el 2010 hubo una sentencia muy importante del Tribunal Constitucional que respondía a los intereses de unos padres en ser ellos los responsables de la educación de sus hijos por motivos pedagógicos, pretensión que se vio descartada y no tuvo amparo por la justicia. Es importante reseñar que dos de los objetivos principales de la educación es el conocimiento de unos contenidos mínimos y el libre desarrollo de la personalidad. En ese caso, los niños presentaban un nivel mucho más avanzado que el resto de niños de su edad y estaban completamente adaptados socialmente.
Los argumentos que dio el Constitucional, que obligaban a los padres a escolarizar a sus hijos, eran que en caso de no hacerlo, se entendía como una privación de los derechos de los menores a formar parte del sistema educativo y que la Constitución les dotaba con la facultad de creación de centros docentes, por lo que si ellos defendían sus modelos pedagógicos, podrían llevarlos a cabo con un centro reglado.
La educación en el hogar es un criterio alegal, pero la no escolarización sí es ilegal y no existen otras opciones. Por tanto, si los menores tienen garantizados los objetivos que marca la educación sin ir a un centro educativo, ¿no debería el sistema adaptarse a las necesidades sociales y culturales?