«Éche o que hai»

15/11/2023
 Actualizado a 15/11/2023
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La toma de decisiones es una de las consecuencias más complejas de la vida adulta. Por supuesto, queda dicho desde el lado privilegiado de la historia, del de la persona que tiene la oportunidad de poder decidir. Vaya por delante. Desde las más pequeñas hasta las verdaderamente importantes: tener que elegir entre quedarme o irme, vivir en una ciudad u otra o cambiar de trabajo. Qué angustia.

Porque todas las decisiones son capaces de modificar el rumbo de una vida. Desde pensar en irte pronto una noche de fiesta y perderte esa historia que se estará recordando en cada conversación entre amigas por los siglos de los siglos, hasta, yo qué sé, poder cambiarte de comunidad autónoma, como lo que le sucede al concejal del Bierzo al que «a veces» le gustaría «pertenecer a Galicia», y que un día tomó la decisión de volver de su trabajo de Barcelona hasta la provincia y se ha dado cuenta de que se «lucha mucho» pero «hay poco dinero». «Éche o que hai», que dirían los vecinos.

Hace falta ser valiente para darle la vuelta a todo, hay que tenerlo muy claro para provocar ese gran cambio en una vida. Porque hay decisiones de las que no es posible arrepentirse, o será tremendamente doloroso. Por eso miro ahora con fascinación a todas las mujeres a mi alrededor que han tomado la gran determinación de ser madres. Personas que han apostado por multiplicar su generosidad y traer a este mundo a otro ser humano para quererlo y cuidarlo. Y educarlo, que esto sí que da vértigo. Hace falta mucha valentía para maternar en un lugar que ahora padece una sobredosis de odio, crispación y también miedo, y hacerlo con la confianza de que esa persona tendrá un futuro de amor, cuidados y cariño.

«La vida da muchas vueltas» –más incluso que las dadas por mí en esta columna–, y ya luce como una serie televisiva en la que hay varias etapas. Esperar que el espectador decida por una misma al más puro estilo ‘Black Mirror’ es complicado; es seguro más sencillo pasar a la acción. Aunque cueste y aunque después quieras cambiarte ya no de territorio sino hasta de nacionalidad, si hiciera falta. ¿Será el pánico a la toma de decisiones una falta de valentía? Lo sabremos en la próxima temporada.

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