Estos días se celebra la conferencia sobre el cambio climático de 2023, COP28. Tiene lugar en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
El país elegido ha desencadenado una gran polémica, porque los organizadores del evento han prohibido a los ponentes realizar determinadas críticas. Se atienen a sus leyes, pero así coartan la libertad de expresión.
En estas jornadas se tratará, entre otros temas, la conveniencia de prescindir en la medida de lo posible de los combustibles fósiles. Resulta que Sultan Al Jaber, nombrado presidente designado, preside también una empresa petrolífera cuya intención es justo la opuesta, expandirlos. Cuanto menos, contradictorio.
Y en este ambiente, lejos de ser el idóneo, se hablará del futuro del planeta, el clima y demás cuestiones de vital importancia. Me surge la duda de si se tomarán las decisiones correctas, sin fanatismos e intereses, o solo las convenientes. El filósofo griego Platón nos dejó un sinfín de sabias palabras. Además dio su visión particular de lo que debería tener una sociedad para ser exitosa y próspera. Primero, una estructura jerárquica bien definida según la cual cada miembro desempeña un papel crucial.
También la educación es clave. No solo la transmisión adecuada de conocimientos, sino el fomento de la capacidad de pensar de forma crítica.
Otro pilar fundamental es la necesidad de buenos gobernantes, líderes que busquen el bien común. Sus acciones no deben implicar tiranía o falta de ética, han de estar siempre encaminadas a conseguir un beneficio para la comunidad.
Pienso que no existe un panorama alentador, al menos en nuestro país. Cada vez hay más personas en riesgo de exclusión social, que no encuentran su lugar. Si nos atenemos a las opiniones de profesores y expertos, la educación hace aguas.
Y en cuanto al tercer punto, un altísimo porcentaje de españoles opina que los políticos dejan bastante que desear. ¿Cómo se presenta el futuro? No quiero pecar de dramática, que cada cual saque sus propias conclusiones.