Venía con ganas de opinar del Ademar, una vez que Jorge me ha empaquetado este espacio a traición por segunda semana consecutiva, pero por más que me resisto lo del traslado de los aparcamientos reservados para los concejales me llama demasiado como para no empezar por ello.
Partamos de que eso lleva ahí toda la vida y nadie ha querido quitarlo, como todos los privilegios de quien manda, sea a nivel local o nacional, que con lo de ‘los nuevos Iphone para todos’ en elCongreso hierve la sangre cada vez que llega el momento del reparto.
Pero igual el problema es considerar a los habitantes de la ciudad como ciudadanos de segunda. Y me explico. Podemos debatir y estar de acuerdo o no sobre esa ‘guerra al coche’ en el centro de las ciudades y las dificultades para aparcar. Pero la realidad es que, hacerlo sin pagar, es cada vez una misión más imposible. Se quitaron espacios para las terrazas que no volvieron, se llenó todo de zonas azules para recaudar (venga, ni voy a debatir sobre el querer vender que es por facilitar aparcamiento) o de naranjas, pero si trabajas en el Ayuntamiento nada cambia, todo sigue igual que hace una década. Y claro que será complicado aparcar para ellos y compaginarlo con otros trabajos, pero como para muchos leoneses (no me incluyo vaya, ni siquiera es que me afecte directamente) que se ven también obligados a coger el coche para ir al centro.
En definitiva, una doble vara de medir que me viene muy bien para hilar con aquello de lo que venía a hablar, del Ademar. Porque es la que existe en sólo un mes con el banquillo ademarista. Llevamos tres años horribles, desastrosos, llenos de pésimas planificaciones de plantilla y gestiones luego de las mismas con Cadenas, en las que muchos no se atrevían a levantar la voz por ser quien era. Pero oye, que en tres semanas de Dani Gordo, con una plantilla que dicho de paso no hizo él y con múltiples contratiempos, alguno ya ha atizado más que en los 24 meses anteriores. Y a ver, que en Navidad igual lo merece, pero en septiembre y con todo lo que ha pasado, es precipitado. Pero claro, también fácil. Y más si le tienes ganas.