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Dignificar la vida

17/05/2025
 Actualizado a 17/05/2025
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El Palacio de los Deportes de León ha pasado a ser, desde el pasado miércoles, la “casa” de Urbano González Escapa, antiguo jugador de baloncesto del equipo Elosúa que ahora tiene 57 años y que, a pesar de padecer ELA, lucha por su vida con la misma ilusión con la que luchó por su equipo y su deporte favorito.

Como el propio alcalde dijo y también han reiterado varios medios, Urbano es un hombre bueno, por lo que este merecido homenaje y el hecho de que el Palacio de los Deportes lleve su nombre a partir de ahora es un acto de justicia y una gran idea para visibilizar el dolor que sufren los pacientes de ELA en España.

Por fortuna, Urbano cuenta con el apoyo de su familia y amigos y un patrimonio con el que puede afrontar su enfermedad con dignidad, pero muchos otros enfermos de nuestro país, a pesar de que la Ley ELA fuese aprobada en octubre de 2024, no pueden elegir vivir y se ven obligados a aceptar la eutanasia como salida por no contar con los medios adecuados para afrontar su enfermedad, que es como una prisión para el paciente y sus familias y que requiere de atención constante y un mobiliario adaptado a su falta absoluta de movilidad.

Resulta increíble, demencial y terrorífico que en pleno siglo XXI un país desarrollado, europeo y civilizado permita que 600 personas hayan fallecido en un año porque el Estado no ha dotado a esta ley de la financiación necesaria. 

Algunos pacientes han renunciado a seguir vivos por no poder comprarse la cama que su situación implica. Como bien dijo el escritor uruguayo Eduardo Galeano, «la salud no es un negocio, pero el mundo está organizado como si lo fuera».

No debería pasar ni un día más sin que esa ayuda llegase. Se gasta dinero en asuntos mucho menos imperiosos, incluso en idioteces antes que en afrontar las carencias de quienes luchan como lobos por vivir y morir con dignidad. No nos hagan suplicar. No los abandonen. Vivir es urgente.
 

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