15/07/2022
 Actualizado a 15/07/2022
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Estos meses de verano y calor, podemos dedicarnos a recuperar aficiones algo olvidadas durante nuestro día a día como es la de escuchar buena música. Da igual el estilo, la buena música puede ir desde ‘No leaf clover’ de Metallica, a ‘Claro de Luna’ de Beethoven, pasando por ‘The Letter’ de The Box Tops, ‘Don’t look back in anger’ de Oasis o cualquiera de Andrés Calamaro. Cualquier pieza puede ser una pequeña obra de arte, siempre que no haya que pasarla por el auto-tune y que para bailarla no haya que ponerse a perrear como mandriles en celo.

El caso es que con la que está cayendo y la que va a caer a nivel económico, viendo esta semana el debate sobre el estado de la nación (que no se celebraba desde 2015), me daba la impresión de que al Gobierno se le está poniendo cara de misa de difuntos y me ha venido a la cabeza grandes réquiems de la música. Cuando ya empiezas a peinar canas, te empiezas a dar cuenta de cuándo un proyecto, un equipo o un gobierno está totalmente achicharrado y empieza a oler a fiambre.

Con tal motivo y aprovechando, como les decía, que es buena época para escuchar buena música, les quiero recomendar los que para mí pueden ser los mejores réquiems compuestos. Aunque en la música, como en tantas otras cosas en la vida, todo es cuestión de gustos.

Intentando hacer un pequeño ranking de menos a más, me gustaría empezar por el ‘Officium Defunctorum’ de Tomás Luis de Victoria, paisano mío, con su austeridad característica. De lo más representativo del Renacimiento español, en el que destacaría el movimiento ‘Libera me’.

Seguiría recomendando el réquiem de Johannes Brahms que destaca por no ser una música tan teológica y centrarse más en el mundo de los vivos que en el de los muertos, en el que llama la atención su ‘Herr, lehre doch mich’.

Continuaría por el réquiem del famoso compositor de musicales Lloyd Webber, inspirado en niños huérfanos por motivos bélicos, en el que recomendaría sin duda el ‘Pie Jesu’, que, si lo escuchan, les sonará con toda seguridad.

En segunda posición situaría el réquiem de Verdi, tremendamente dramático y con el estilo operístico del autor, con una orquesta y un coro masivo verdaderamente impresionante. Uno de los momentos más espectaculares del réquiem de Verdi es su brutal ‘Dies irae’.

Y como no puede ser de otra manera, el que para mí es el mejor réquiem, es el de Mozart, que destaca sobre cualquier otro réquiem compuesto en la historia y en el que me costaría recomendar un solo momento, pero que si me quedase solo con algo sería con su ‘Lacrimosa’.

Más allá del terreno musical, ha habido otros grandes réquiems como el de Zapatero con su negación de las crisis de 2008 y sus famosos brotes verdes y el que ahora está ‘componiendo’ Pedro Sánchez para su Gobierno y si se descuida, para todo el PSOE.

‘Requiem aeternam dona eis, Domine’ o lo que es lo mismo, concédeles el descanso eterno, Señor.
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