04/09/2023
 Actualizado a 04/09/2023
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Es un hecho irrefutable que la emigración en forma de diáspora fue y sigue siendo la mayor causa de despoblación en la Región Leonesa, unido a la crisis demográfica que vacía nuestras ciudades, pueblos, villas y villorrios.

Los flujos migratorios tuvieron su auge a finales del siglo XIX, con destino a Argentina y México, principalmente, donde acogieron a nuestros paisanos y muchos de ellos jamás volvieron, pero guardaron para siempre los últimos latidos de la tierra que los vio nacer y crecer, si bien sus hijos y nietos escucharon de sus labios el recuerdo vivo de sus añoranzas. Los mismos que se organizaron en pequeños oasis culturales o folclóricos para tener una luz que les recordase una tierra lejana en la distancia, pero cercana en el corazón.

Un ejemplo palmario es La Casa de León de Mar del Plata, en Argentina, que ya cumplió 70 años, y desde donde nos sigue una leonesa de corazón, con ancestros en Babia, doña Mabel Estela Fernández. Muy agradecidos.

Aunque, por cercanía, no olvidaremos la emigración europea en Francia, ni la Ville d’Oyonnax de trágico y triste recuerdo personal, o Suiza o Alemania a donde se desplazaban nuestros emigrantes, ya que, al amparo del Plan Marshall, había mucho trabajo para reconstruir todo lo devastado por la Segunda Guerra Mundial.

Y, por supuesto, no olvidamos la emigración interior: Madrid, Barcelona, Asturias, Vigo o País Vasco, entre otros, fueron las tierras o territorios que recibieron a miles de leoneses en busca de una oportunidad…, que nuestra tierra les negó y les niega.

Además, la ganadería española tiene una deuda con los veterinarios leoneses, con muchos, también con ingenieros, médicos, maestros, policías, funcionarios, profesores, carteros y un largo y triste… etc, etc.

«Nada los va a parar en la búsqueda de sus sueños. Se merecen todos y cada uno de sus éxitos». Michelle Obama. Salud.

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