11/03/2022
 Actualizado a 11/03/2022
Guardar
naranjo1102021-1.jpg
naranjo1102021-1.jpg
Aunque quiera a la que será mi mujer el próximo 2 de abril -yo creo que después de doce años ya va siendo hora- como solo se puede querer a esa persona que te hace sonreír sin necesidad de un gesto o una palabra, hay pocas cosas en las que estemos de acuerdo.

Sea por aquello de que los polos opuestos se atraen o porque mi sangre maña me haga llevar la contraria por costumbre, llegar a un consenso a veces cuesta sudor y lágrimas, pero siempre hemos tenido algo claro: el verano de 2016 fue especial.

Aquel año los astros se alinearon y pudimos compartir un mes de vacaciones por primera vez desde que ambos empezamos a trabajar y oye, había que tirar la casa por la ventana. No nos cortamos ni un pelo y organizamos un ‘tour’ por Roma-Atenas-Santorini y Creta que siempre que surge el tema colocamos en el ‘top 1’ de escapadas.

Y aunque tengo claro que me lo pasé como un enano, con el paso del tiempo me he dado cuenta que en aquel momento no llegué a ser consciente de lo feliz que era. Ni a valorar lo que vivía.

Creo que también me ha pasado en lo profesional. Antes de empezar en La Nueva Crónica cubrí, como si tal cosa, el Mundial de Balonmano de España de 2013 y viví a pie de pista el España – Alemania de cuartos de final. Un añito después, ya en Ponferrada, tocó el de Ciclismo y ahora puedo estar ‘disfrutando’ de la temporada en la que la Deportiva juegue por primera vez en su historia un ‘playoff’ de ascenso a Primera.

Y entrecomillo disfrutando porque como en aquel viaje por el Mediterráneo, no sé si soy consciente de la importancia de lo que estoy viviendo. Que lo de esta temporada supera con creces aquellas últimas jornadas ante Lugo o Alcorcón.

Solo doce jornadas por delante y seis puntos de ventaja. Y toda la Liga en zona de ‘playoff’. Quizá ese sea el problema, que en algún momento se ha dado por hecho lo que hace no mucho hubiera sido impensable.

Por suerte estamos a tiempo. Toca disfrutar, pase lo que pase, de una temporada que ya es histórica. Porque cuando termine, nunca volverá.
Lo más leído