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Diamantes de sangre (I)

04/07/2021
 Actualizado a 04/07/2021
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La mayoría de la gente no sabe que Israel es uno de los principales productores de diamantes tallados y pulidos del mundo. Como normalmente los diamantes no tienen sello de contraste, los consumidores no pueden distinguir un diamante israelí de otro tallado en India, Bélgica, Sudáfrica o cualquier otra parte. La industria global del diamante y los gobiernos que la apoyan, incluyendo la Unión Europea, han engañado a los consumidores para que crean que el comercio diamantino se ha limpiado de diamantes que financian abusos de los derechos humanos, pero los hechos son sorprendentemente diferentes. Israel (que está acusado de cometer crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, limpieza étnica, genocidio, crimen del apartheid, ejecuciones extrajudiciales dentro y fuera del territorio que controla y de persistentes violaciones graves de las Convenciones de Ginebra) es el principal exportador de diamantes del mundo. Las compañías israelíes importan diamantes en bruto para tallarlos y pulirlos (lo que aumenta su valor de manera significativa) y los exportan globalmente a través de centros ubicados en Amberes, Londres, Hong Kong, Nueva York y Bombay.

En julio de 2000 la industria global de diamantes estableció el Consejo Mundial del Diamante (WDC, por sus siglas en inglés). El WDC se estableció en respuesta al escándalo público que provocó el uso de diamantes para financiar conflictos sangrientos en países de África occidental. Resulta significativo que el WDC limite su preocupación por las violaciones de los derechos humanos solamente a aquellas que financian los diamantes en bruto. Bajo el mandato de las Naciones Unidas, en 2003, el WDC introdujo un sistema de autorregulación llamado Proceso Kimberly, esto es: «Diamantes en bruto utilizados por movimientos rebeldes o sus aliados para financiar conflictos que tiene como objetivo acabar con gobiernos legítimos». A pesar de las violaciones de derechos humanos y de las atrocidades financiadas por ingresos de la industria israelí del diamante, los Gobiernos y otros intereses creados que se prestan al Proceso Kimberly facilitan el libre acceso de diamantes tallados en Israel al multimillonario mercado global de diamantes. El WDC establece una lista de 24 hechos que ensalzan los beneficios de la industria de diamantes, fundamentalmente para India y países de África. Entre estos beneficios se incluye el hecho de que aproximadamente cinco millones de personas tienen acceso a una atención sanitaria adecuada gracias a los ingresos de los diamantes. Estos ingresos, por ejemplo, permiten a cada niño de Botswana recibir educación gratuita hasta más allá de los 13 años y desempeñan un papel decisivo en la lucha contra el sida. Aunque estos hechos son encomiables, la lista no menciona otros menos limpios, incluyendo el hecho de que los ingresos de la industria del diamante en Israel ayudan a financiar lasviolaciones y atrocidades de los derechos humanos como asesinar y aterrorizar a miles de inocentes hombres, mujeres, niños y niñas en Palestina (el tipo de barbaridades que, supuestamente,el mencionado Proceso Kimberly debería impedir por medio de los ingresos de los diamantes). La lista de los hechos de los diamantes esboza una imagen parcial y positiva de la industria. Da a entender que los mayores beneficios recaen sobre algunas de las naciones más pobres del mundo. Pero Israel, una de las naciones más ricas, está muy por encima de todos los demás países en términos del beneficio neto generado por la industria del diamante.
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