19/06/2023
 Actualizado a 19/06/2023
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El Instituto Catalán, de la Generalitat, les pide a los profesores del Instituto Pere Vives de Tarrasa que hablen a los padres y familiares de los niños no catalanes, un 67%, en catalán, pero «despacito y gesticulando». Antes de hacerlo en castellano no vaya a ser que les entiendan. Que es lo mismo que pide Luis Fonsi en su famosa canción: ‘Despacito’. Mientras la protuberante chica se pasea en pantalón cortísimo y escote bien abierto por la orilla del mar, sucia y destartalada, rodeada de detritus, de alguna ciudad marítima de la costa americana.

Nada que ver con el ambiente del CEIP Gumersindo de Azcárate, de Armunia, que acaba de recibir el premio de mejor escuela del año. Y eso por haber conseguido que un centro de enseñanza multicultural, en el que predominan las familias en peligro de exclusión social, los profesores hacen que impere el espíritu de integración al grito de «Avanzar juntos». Y, desde luego, nada que ver con la justicia, con el sentido común, y con la empatía entre compatriotas.

Ni con el de los centros comerciales, en los que se puede pedir la cuenta en castellano sin que nadie te ponga mala cara. El cronista hizo la prueba en la farmacia. ¿Cuánto es? Le preguntó a la chica de la caja. «Cinq y cinq» le contestó ella. Y él repitió la pregunta obteniendo idéntica respuesta. Con lo que, sin pagar, cogió rumbo a la puerta de salida, momento en el que la susodicha, alzando los brazos y a voz grito le llama: Oiga, que se va sin pagar. En castellano. ¿O sea que conoce usted mi idioma? Y es que, cuando se trata del dinero, no hay idiomas ni nacionalismos…

Despacito, pasito a pasito, suave suavecito… hasta que te olvides de quién eres, y quienes te persiguen te hablen en tu idioma si te cubres las vergüenzas con un pantaloncito corto y deshilachado y dejas que tus pechos salten, convencidos de que es el deseo y no las ideologías lo que ha de derribar los muros que tratan de alzar los que usan el idioma como anzuelo para pescar en el río revuelto de los excluidos de la fortuna.

Despacito. Suavecito. A ver si de una vez, los del 3% van quedando en el olvido e impera el sentido común. Oiga, que somos un mismo pueblo, aunque con distintas nacionalidades, ideosincrasias e idiomas…Que somos y hemos sido una gran nación, a pesar de todo. Que tenemos un patrimonio común al que no tenemos por qué renunciar ahora…

¿Y la chica de pantalones cortitos? Despacito, pasito a pasito, poquito a poquito, suave suavecito.
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