Despacito y con buena letra

«La impaciencia es vicio del demonio», decía el Quevedo menos conocido por la juventud. Con media ‘summeriana’ todavía por delante, la acción de la Ponferradina en el mercado estival de fichajes ya ha sido juzgada mil y una veces a pesar de todo el trabajo pendiente de culminación. «Es que sólo traemos gente que ha descendido». «Es que no ha venido ningún jugador ‘top’». «Es que no se ha quedado ninguno de los buenos»... La Deportiva, de una manera acertada o no -sentencia que sólo dictará el paso del tiempo-, está desenvolviéndose demostrando tener las ideas muy claras. Así me lo han reconocido personas del fútbol con las que he podido charlar en las últimas semanas, todas ellas sorprendidas por la firmeza con la que decide dar cada paso el nuevo director deportivo José Sietes, sin querer entrar en guerras de precios, en chantajes de jugadores y buscando con decisión las salidas de aquellos que consideraba nocivos en el vestuario. Todos los perfiles de futbolistas que están llegando son muy específicos para adaptarse de forma quirúrgica al ideario de Íñigo Vélez: centrales versátiles y moldeables a una defensa de tres hombres, laterales largos para actuar como carrileros con carta blanca para exhibir su vocación ofensiva y hombres de segunda línea que bien pueden actuar en posiciones internas o externas. Y estos últimos, además, con un cierto poso y experiencia para nada desdeñables, como David Soto o Ernesto Gómez. En líneas generales, pedíamos nombres ‘frescos’, con hambre y en buena edad para despegar, y así está siendo. Ninguno de los Antonio Leal, Mángel Prendes, Nil Jiménez, Jesús Fernández, Thomas Carrique o Brais Abelenda supera los 27 años, a la vez que todos ellos esperan que el club berciano les coloque delante de los pies ese trampolín del que ya se impulsaron Copete, Isi, Sielva o Son hacia escenarios mayores. Estos nombres, además, eran ‘peritas en dulce’ para cualquier club de la liga, y todavía faltan algunos otros más ‘sonoros’ para los equipos potentes, pues todavía apuran sus opciones de arañar un contrato más en Segunda División. Sed pacientes. Como cantaba El Viaje de Elliot, despacito y con buena letra.