Los que me conocen bien saben que me ‘deslocalizo’ con facilidad. Me gusta moverme porque soy inquieta y también por hacer caso a don Quijote en eso de que «el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho». O, al menos, lo intenta. De hecho, hasta cuando no estoy deslocalizada puedo estar bilocada: mi cuerpo está quieto y toma café, pero mi cabeza está en otro sitio. A todos nos pasa, aunque yo he ido perfeccionándolo con los años. A veces mantengo dos conversaciones paralelas durante horas: con alguien y conmigo misma, y por eso es casi seguro que en ambas acabe diciendo alguna tontería.
Hace unos días, mi sobrina Aitana descubrió lo que es estar deslocalizada sin saberlo. Levantó su pequeña mano y señaló un castillete minero: «Mira, tíanoe, Ciñera». Y no, no era el pueblo minero en el que nació su padre: era la foto de un castillete asturiano que colgaba en la exposición sobre mujeres y mina que estos días se muestra en el festival literario de la Semana Negra de Gijón.
La exposición, titulada ‘En tierra de hombres’, es del fotógrafo Álex Zapico y está compuesta por retratos de trabajadoras de las cuencas asturianas. Fueron mineras, lavadoras de carbón, enfermeras o limpiadoras. Algunas son compañeras o madres y forman parte del movimiento Mujeres del Carbón, surgido tras las huelgas del 2012 y también presente en otras zonas mineras. Por eso, en realidad mi sobrina tenía razón: ese castillete era todos los demás castilletes y esas mujeres representan a muchas más.
Muy cerca, mientras unos grafiteros dibujaban cascos y lámparas en el Museo de la Siderurgia y la Minería de Sabero, en el puerto gijonés del Musel sealmacenaban miles de toneladas de carbón ‘deslocalizado’ de nuestra minería, ya cerrada. Es decir, carbón importado.
Y cuando hemos pasado años oyendo presumir de inversiones en energías renovables, resulta que la eólica Vestas anuncia que se lleva de León a China cinco de sus siete líneas de producción, lo que supondrá 180 despidos en agosto y ya veremos qué más. Al poner la mano para recibir ayudas públicas todo era amor y ecología, pero ahora nos deslocalizan y las promesas se las lleva el viento.

Deslocalizados
14/07/2018
Actualizado a
16/09/2019
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