04/01/2024
 Actualizado a 04/01/2024
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El primer bebé de 2024 es un partido político. En España jamás hay descanso electoral y todavía atragantados con las consecuencias de la investidura de Pedro Sánchez arranca la maquinaria para las europeas de junio. Habrá una papeleta nueva de nombre Izquierda Española. Un partido que buscará aglutinar a los desencantados, traicionados, engañados y preocupados por la peligrosa deriva de un PSOE al que hace tiempo que no reconocen. Así que votantes potenciales los tiene por millones. En el juego de los arcos ideológicos habría que ubicarlo a la derecha del PSOE pero a la izquierda del PP, en ese unicornio del centro político al que a la vez renuncian habitar llevando el término izquierda en las siglas. Para el sanchismo será una izquierda facha como la de Felipe González, Alfonso Guerra o Nicolás Redondo.

Que el exvicepresidente de Junta y procurador expulsado de Ciudadanos Francisco Igea y la ex del PSOE y eurodiputada de Ciudadanos Soraya Rodríguez sean sus caras visibles lo convierte automáticamente en un proyecto viejo. Deberían haber aprendido mejor aquello de la política como paréntesis en la trayectoria profesional y no encaramarse a ella como una profesión nueva. Más Ciudadanos y menos Rosa Díez. Encadenar cargos y partidos, partidos y cargos se parece bastante a ese vivir de la política, al pillar sillón sea con quien sea, que tanto criticaron. Resulta tan sorprendente que Igea encarne ahora una izquierda destilada como que en las últimas elecciones pidiera el voto para los partidos localistas que demonizó durante años. Déjenlo ya. Tuvieron su momento e hicieron lo que hicieron.

La oportunidad de Izquierda Española es ser percibido como una izquierda presanchista y no como nueva franquicia de ese Ciudadanos que mataron entre todos. Nuevos liderazgos vírgenes de hemeroteca que eviten que este bebé necesario, una izquierda responsable y con sentido de Estado, nazca muerto. Más importante que saber cuándo llegar es saber cuándo marcharse. 

 

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