El director de la NASA declaró durante una visita oficial en Buenos Aires que un comité de científicos realiza un informe que aclarará las «sospechas sobre alienígenas». El resultado, dijo, estará listo en agosto.
Me pegunto qué pensaran estos alienígenas sobre nosotros de estar observando nuestro comportamiento no poco singular, por describirlo de alguna manera.
Mientras en Marruecos tiembla la tierra llevándose por delante a miles de personas, Kim Jong-un se reúne con el presidente ruso, Vladímir Putin para intercambiar artillería, misiles anti tanque y tecnología satelital. They need more bullets.
Las tormentas y las inundaciones arrasan Libia mientras un negacionista de la crisis climática se fuma un puro en un chiringuito de Belize y en Cataluña Feliu apostilla: «Independencia o bloqueo» tras una de las manifestaciones de la Diada.
Cientos de niñas son casadas a la fuerza en India, al mismo tiempo que el país celebra haber descubierto grandes cantidades de «agua mineral» en la luna y fantasea con una futura creación de colonias permanentes junto con el resto de la comunidad internacional.
No sabrán los alienígenas qué pensar. Es todo muy confuso y les entiendo.
¿Qué pasaría si estos extraterrestres aún no se hubiesen percatado de nuestra existencia?
Quizá seamos como el gato de Shrödinger y estemos vivos y muertos al mismo tiempo, una pura posibilidad que estallaría cuando se posase sobre nosotros la mirada de nuestros visitantes, momento en que observado y observador compondríamos un sistema nuevo y todo sería posible.
Entenderíamos entonces que hemos vivido en una indeterminación que contenía todas las posibilidades y que era el campo de cultivo de todas las opciones, incluidas la decoherencia y la inmortalidad cuántica.
Bill Nelson dijo el pasado 28 de Julio tras reunirse con el presidente argentino Alberto Fernández en la casa rosada: «Esperen hasta el mes que viene para tener su respuesta».
Seamos pacientes. Consideremos el espejismo en que vivimos.