Si eres de esos leoneses ‘anti-Cultural’, tengo una mala noticia para ti, te vas a quedar en desventaja. Sí, reírte del equipo de la ciudad y presumir precisamente de ir contra esos ‘mataos’, porque lo que mola es ver al Barcelona o Real Madrid de turno por televisión, ha estado muchos años de moda, pero eso está acabándose. Dicho sea de paso, no sólo en León, sino en muchísimas localidades de España en favor del equipo de su ciudad.
Antes, te podías sentir hasta raro yendo por la calle por el centro de León con la camiseta de la Cultural. Ahora, las hay a patadas y te encuentras con situaciones tan significativas como la de este jueves por la tarde en el centro. Había anunciado por redes sociales un encuentro de Bicho y Chacón con aficionados en una tienda comercial de Santo Domingo y, lo reconozco, yo me imaginaba que iban a ir ‘cuatro gatos’ (los jugadores también).
Pero de eso que me asomo a la ventana (oye, lo de hacerlo a la puerta de la oficina, un detalle) y veo una cola tremenda que dobla la esquina, casi todos vestidos con prendas de la Cultural. Bienvenidos a la ‘Cultumanía’.
Es sólo un detalle, pero un gran ejemplo. Si viniera el jugador número 13 de la rotación del Barça o Madrid, le parecería normal esa cola a muchos de los que llaman locos a todos esos que ayer estaban en ella. Pues sí, todos esos niños y jóvenes que mayoritariamente estabais, benditos locos sois, y benditos afortunados de poder pillar una época donde toda una generación de jóvenes está volcada con el equipo de su tierra por encima de otros a los que les importáis un bledo y están a cientos de kilómetros.
Pero bueno, los desplazamientos a Burgos y Gijón, con cerca de un millar de personas en cada uno, son un ejemplo. Allí te podías encontrar grupos de amigos o familias que habían aprovechado para pasar el día y animar a su equipo, múltiples de esos numerosos emigrantes leoneses que habían venido específicamente en tren de la ciudad grande de turno en la que estudian o trabajan para ver este partido e incluso, no me resisto a meterla, excompañeras de trabajo como esa Cristina Centeno a la que muchas veces vieron haciendo aquí una columna, con una camiseta de la Cultural con la que nunca le había visto puesta. No es que algo esté cambiando. Es que algo ha cambiado ya.