Celebro, con la mezcla de alivio, la emoción que todo leonés tiene por su tierra y por qué no, algo de envidia, que varios municipios de nuestra provincia hayan visto caer una parte importante del Gordo de la Lotería de Navidad. No es sólo una noticia de alegría, para muchas familias de comarcas como La Bañeza y Laciana, llega después de un año muy duro, marcado por incendios y por decisiones industriales que han dejado a trabajadores y empresas pensando en el mañana.
Estos días he recibido en mi despacho de Renta 4 León varias parejas y familias agraciadas. Algunas han venido bien orientadas: reparto entre fondos de renta fija, mixtos y algo de renta variable según perfil; horizonte temporal claro y la decisión de buscar asesoramiento profesional. Otras han venido en estado de shock y convencidas de que lo primero y único que toca es cancelar la hipoteca de la casa. Permítanme, desde la responsabilidad de quien tiene 25 años de experiencia en asesoramiento financiero (y con la discreción que exige el caso) explicar por qué esa intuición no siempre es la mejor opción y dar unas pautas prácticas para que la alegría no se convierta en ruina a medio plazo. Aunque, para un asesoramiento personalizado, estaré encantado de charlar personalmente con aquellos que el lunes 22 se despertaron algo más ‘achuchados’ económicamente de lo que se acostaron.
Antes de decidir nada, conviene recordar el tema fiscal. En España los premios de lotería están exentos hasta 40.000 euros. Por la parte que exceda esta cantidad se aplica un gravamen especial del 20 % que se retiene al cobrar. Es decir, no se cobra el importe bruto del décimo sino lo que queda tras esa retención. Un dato que debe entrar en cualquier cálculo previo.
¿Por qué no recomiendo, de forma general y automática, cancelar la hipoteca con el premio? Primero, porque muchas hipotecas actuales tienen tipos relativamente bajos, beneficios fiscales residuales o condiciones que no siempre compensan la pérdida de una oportunidad de inversión a largo plazo. Segundo, porque el objetivo razonable tras un golpe de fortuna no es eliminar el pago de intereses a corto plazo, sino transformar ese ingreso extraordinario en un patrimonio que soporte el nivel de vida deseado durante décadas. Dicho con menos glamour, conviene pensar en rentas futuras y en la protección de la familia, antes que en la eliminación emocional de un gasto mensual.
Ahora, intentando ser práctico y evitando en la medida de lo posible tecnicismos, les enumero, a priori, unas recomendaciones generales:
• Mantenga la discreción y no tome decisiones el primer día. Documente el billete, haga fotos y reserve el premio en una cuenta segura con su banco de confianza. Evite regalar grandes cantidades sin asesoramiento porque pueden considerarse donaciones con implicaciones fiscales.
• Cree una reserva de liquidez inmediata equivalente a varios años de gastos familiares razonables. Esa caja evita vender activos en mal momento y le da tiempo para una planificación serena.
• Priorice eliminar deuda cara. Tarjetas, préstamos al consumo y descubiertos. Ahí la matemática es simple, el interés que ahorra es, en general, superior a lo que obtendría con inversiones conservadoras. Sin embargo, para hipotecas a tipo bajo la ecuación cambia y suele ser preferible estudiar alternativas antes de amortizar por completo.
• Piense en inversión a largo plazo y diversificada. Fondos gestionados por profesionales, planes financieros con horizonte de entre 5 y 10 años adaptados a su tolerancia al riesgo y a sus necesidades de liquidez, y una pequeña porción en renta variable para protegerse de la inflación. Los fondos ofrecen diversificación, liquidez y fiscalidad ventajosa cuando se hace con criterio. Si su intención es vivir de los rendimientos, haga simulaciones realistas, no planes de película.
• No abandone su actividad de siempre sin una planificación financiera rigurosa. Muchas personas confían en que la lotería les permitirá dejar de trabajar. La realidad es que, salvo premios enormes y una gestión impecable, la mayoría baja su nivel de ingresos por imprudencia. Mantenga disciplina y objetivos.
• Documente cualquier reparto del premio. Si el décimo fue compartido, deje constancia firmada de quién aportó qué. Si va a dar dinero a familiares, asesórese para evitar problemas fiscales por donaciones.
Permítanme cerrar con dos notas de realismo y un guiño personal. El realismo es que una lluvia de millones cambia la vida, pero no elimina la necesidad de planificar. La fiscalidad ya se ha cobrado su parte y la inflación y las decisiones emocionales pueden consumir lo restante con rapidez. Y la segunda nota. Invertir no es sinónimo de especular. Invertir es poner el premio a trabajar con un plan, con disciplina y con profesionalidad.
Termino con una pequeña observación personal. Ver cómo La Bañeza, después de incendios y del golpe que supone el cierre de Azucarera para la comarca, recibe un empujón económico de esta magnitud, conmueve y debe servir también para impulsar proyectos locales y sostenibles. Que parte de esa suerte se traduzca en empleo, en ayuda a quienes lo perdieron todo y en proyectos que hagan más resistente el territorio sería la mejor forma de celebrar esta noticia.
Si le ha tocado a usted o a alguien de su entorno, tómese su tiempo, no se deje llevar por impulsos y busque asesoramiento de otros profesionales financieros además de los del director o directora de su banco de ‘toda la vida’, de manera que toda esa alegría inicial, se convierta a medio y largo plazo en seguridad financiera.