Cuando se reza el Credo, tras manifestar la fe en Dios, se dice también «Creo en la Santa Iglesia Católica». Hay quienes no lo rezan, o porque no lo saben, o porque no creen en nada de lo que dice; pero no faltan quienes dicen que creen en Dios, pero no en la Iglesia. Lo cierto es que el Estado Español permite, a la hora de hacer la declaración de la renta, que los contribuyentes puedan dedicar el 0,7 por ciento del IRPF a favor de la Iglesia Católica, sin que por ello tengan que pagar más impuestos. Sin duda esto puede ser un test para medir el afecto que los ciudadanos tienen a la Iglesia. Pues bien, recientemente se han publicado los resultados del ejercicio 2024 y, sorprendentemente para muchos, los datos nos dicen que ha aumentado el número de contribuyentes que ponen la X a favor de la Iglesia y también la cantidad de dinero asignada.
No sabemos qué pasaría si, al hacer la declaración de la renta, se diera a los declarantes la oportunidad de elegir pagar o no el sueldo a políticos y a sindicalistas. En todo caso, nadie podrá discutir que la asignación del Estado a la Iglesia es totalmente democrática. Se trata de un verdadero referéndum.
Sin embargo, no todos los católicos tienen esta opción de elegir, pues muchos que no llegan a hacer la Declaración de la Renta, de buena gana marcarían a favor de la Iglesia. Por cierto, no es incompatible esta opción con marcar también la X a favor de otros fines sociales. Se pueden marcar las dos a la vez.
Pero lo que llama la atención es que, entre los que no se olvidan de la Iglesia a la hora de declarar a Hacienda, los hay que no se consideran católicos, o incluso dicen ser no creyentes, pero son conscientes de la gran labor social que ejerce la Iglesia en la sociedad, especialmente a favor de los más necesitados. Escribo desde Ponferrada.
Si en esta fría noche alguien sin un céntimo llega a la ciudad, ¿se quedaría sin cenar, sin dormir, sin poder darse una ducha o cambiarse de ropa? Ciertamente no. ¿Quién ha acogido esta misma noche a varias personas en estas lamentables circunstancias? La respuesta es obvia: la Iglesia. Hemos puesto solamente un ejemplo, pero podríamos poner muchos más. La lista sería interminable, en Ponferrada, en España y en el mundo entero. El dinero que se recibe del Estado es tan solo un pequeña parte de ese presupuesto, pero, sobre todo, cabe destacar la hermosa labor de tantos voluntarios, de tanta gente buena que hace posible que haya tanto amor y tanta generosidad.