Cristina Vega 2

La cruda realidad

09/01/2024
 Actualizado a 09/01/2024
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Ya está. Se ha cerrado el paréntesis de celebraciones, reencuentros y de días en calma en los que nada malo parecía perturbarnos. Durante este remanso el tiempo se detuvo y arrinconamos los problemas, como si no existieran.

Punto final, ahora toca tomar una bocanada de aire y volver a la realidad, justo al mismo punto en el que la dejamos hace unas dos semanas.

A retomar las clases, el trabajo o las ocupaciones rutinarias sin festivos que nos interrumpan. Y enfrentar la temida cuesta de enero. Los precios se mantienen por las nubes y también el número de personas incapaces de asumir el coste que supone vivir. La situación política sigue provocando incertidumbre, preocupación y malestar generalizado. Y nada indica que vaya a mejorar a corto o medio plazo.

Por otra parte, el aumento de las enfermedades respiratorias ha desembocado, una vez más, en el colapso del sistema sanitario. Es habitual que en estas fechas proliferen este tipo de virus. Se puede comprender que la realidad supere la previsión y que médicos, enfermeros y demás profesionales se vean obligados a realizar un sobreesfuerzo puntual.

Pero la escasez de personal se hace patente a lo largo de todo el año, no se ha aprendido nada de los errores pasados. Según el dicho popular, el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y queda demostrado que tiene razón.

Eso sí, es inaceptable. Más aún los casos de pacientes que tienen que esperar horas, incluso días, para ser atendidos o disponer de una cama.

Fuera de nuestro país la perspectiva no es más agradable. Las guerras continúan su curso, se incrementan los ataques. Y con ellos las víctimas, la crueldad y la destrucción.

Las noticias que nos llegan se hacen cada vez más difíciles de digerir, hasta volvernos inmunes. Ya no nos afectan, apenas nos sorprenden. Esto es lo que más horroriza.

Tal vez hemos asumido, con resignación, que ciertas cosas no tienen solución y que el concepto de vida digna y en paz está sobrevalorado.

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