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Continúa la caza

30/11/2025
 Actualizado a 30/11/2025
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Todo es bueno para el convento, pensaría la dirigencia socialista leonesa el último sábado en La Robla, durante el desarrollo de su Comité Provincial, bajo la batuta del secretario general, Javier Alfonso Cendón. Y en ese contexto de loas y aplausos, como fue el caso –y quien no toque las palmas ya sabe-, sobró tiempo para arrearle al alcalde de León y darle una buena tunda (oral), porque –consideraría el propio Cendón- yo lo valgo. Y venga leña, amado jefe, le dirían los más exaltados (o quizá más pelotas) del cónclave roblano. En síntesis, una boutade sin pies ni cabeza, que acredita la situación por la que atraviesa el partido en la provincia. Y menos mal que el agraviado está al frente de la alcaldía de San Marcelo, que si fuera afiliado de base y una persona gris, hace tiempo que lo habrían desterrado al guano, como le gusta decir al director adjunto de este periódico. 

A José Antonio Diez le andan buscando las cosquillas y los costados de forma ignominiosa y sin atender a razones. El objetivo de la cúpula del puñito y la rosa es cepillárselo a cualquier precio, como sea, por lo que le aplican -para arrumbarlo- el menesteroso ‘todo vale’. Y no, no vale todo, aunque se trate de política sanchista, reconvertida en los últimos tiempos en un cajón de sastre. En un batiburrillo permanente. Eso debería quedar para el ‘amo’ de La Moncloa, que se las pinta él solo para eso y mucho más.

Y la pregunta que cualquiera puede hacerse es sencilla: ¿qué ha hecho el regidor municipal para recibir semejante y bastardo trato? Que se sepa, su gran ‘pecado’ es volcarse en favor de León porque, sencillamente, siente a la tierra sin remilgos ni corsés. Sin ataduras. Y sus principios democráticos le dictan cómo debe de actuar y cuáles las reivindicaciones inexcusables (según la Real Academia, reivindicar es "reclamar algo a lo que se cree tener derecho"). Y esto, a los socialistas de toda la vida –es una manera de describirlos- no les gusta, no lo encuentran ‘progresista’ y escupen hacia arriba. Y cuando se escupe de esa manera tan poco edificante, es muy fácil que el salivazo retorne, con todas las bendiciones al caso –si es que así puede definirse la ‘gracia’-, a la boca de quien lo soltó. Es cuestión de tiempo. Porque antes o después ocurrirá. Y a ver qué pasa.

Y, asimismo, lo que en mayor medida les incomoda a los ‘compañeros cendonistas’, es que Diez no se salga de la senda marcada, del objetivo perseguido, por muchos que sean los obstáculos y las zancadillas. Ni siquiera –y eso los enciende- cuando han sonado tambores de expulsión, algo que supondría un retroceso y una iniquidad, en una organización a la que se le llena la boca con la palabra libertad. ¿Libertad para qué o para quién? Les guste o no, la discrepancia enriquece el devenir de un partido. Le da vida. Porque decir a todo amén, como se pretende, nunca es de recibo. Ni jamás lo será.  
 

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