¿Con o sin?

El debate siempre está servido encima de una mesa o de una buena barra de bar en la que se junten un par de cabezas pensantes y averiadas y, más, si se combina con bebidas espirituosas o, en su defecto, aguas con misterio.

¿Con o sin? Una simple pregunta que puede dar para cavilar y mucho para una ingente cantidad de temas y crear debates de discusión que muchas veces, en mi caso, rozan lo absurdo y lo inenarrable y en muchas ocasiones su justificación es inexplicable. Una cuestión que, a mi juicio, tiene su tema estrella con lo relacionado con lo culinario o el bebercio.

Una vez encaminado el asunto hacia lo de llenar el buche, indudablemente, y utilizando esa pregunta, puede que se le venga a la mente la más habitual y la que te ayuda a conocer más a personas que creías que conocías: la tortilla, ¿con o sin cebolla?

Y hecha la pregunta, toca mojarse. En mi caso, sin cebolla. No es que sea enemigo de la jugosidad de la que alardean todos los que la apoyan, sino por el sabor que le impregna la cebolla que me ha provocado hasta dejar pinchos de tortilla en un bar. Y en esto, como en las creencias, hay que respetar más que nada las opiniones de cada uno.

Pero volviendo a la pregunta, abre siempre un infinito abanico de cuestiones como: pizza con o sin piña, ensaladilla con o sin zanahoria, hamburguesa con o sin queso, aceitunas con o sin hueso, cerveza con o sin alcohol, entre otro largo etcétera de variantes que se puedan sobrevenir a la mente.

Pero llegados a este punto, mi pregunta favorita es: la Coca-Cola, ¿con o sin luquete? En mi caso, siempre con luquete. Una pregunta en la que la mayoría de veces me quedo sin contestación y animo al susodicho/a a que acuda a nuestra querida amiga y solucionadora de dudas de la RAE a buscar la respuesta que necesita.
Sin lugar a dudas, luquete es mi palabra preferida, tanto por lo desconocida que es, como por lo cotidiano que es su uso en el mundo de la hostería nombrándolo de otra forma. Pero yo, por el momento, apuesto por preservar la esencia de nuestro idioma. Otro día igual me animo y os hablo del giste.