Cristina Vega 2

Como trenes

09/09/2025
 Actualizado a 09/09/2025
Guardar

En el siglo XIX tuvo lugar la llegada de los primeros trenes. Eran máquinas nuevas, dotadas de gran potencia, que se movían con rapidez y puntualidad. Suscitaban admiración y pronto este medio de transporte se ganó un merecido prestigio hasta ser considerado el más accesible, confortable y seguro. Nunca, o en muy raras ocasiones, fallaban o llegaban tarde.

Tal fue su impacto que supusieron el origen de multitud de metáforas que utilizan términos ferroviarios para referirse a alguien o algo magnífico, físicamente atractivo, poderoso, casi perfecto.

Estas cualidades van implícitas en expresiones que todos conocemos y utilizamos con frecuencia, como vivir a todo tren, estar como un tren o ser una máquina, entre otras.

Claro que, por desgracia, la decadencia sufrida dos siglos después va a dejar obsoletas estas expresiones o darles una connotación muy diferente a la que poseían.

Las averías, retrasos y diversas incidencias, no son nuevas. Incluso pueden considerarse aceptables, dentro de la normalidad hasta cierto punto.

Pero lo que estamos viendo en los últimos meses es un auténtico caos. Se explica, como casi todo lo que no funciona correctamente, por falta de financiación.

Si no se renuevan las máquinas y no se les realiza un mantenimiento adecuado, es lógico que se estropeen. Lo mismo ocurre con las infraestructuras.

Otra cosa que tampoco ayuda es ese irritante pase de competencias entre administraciones como si fuera un balón.

Y los pasajeros afectados, al igual que el resto de los ciudadanos, nos preguntamos a qué va destinado el dinero de los billetes y de los impuestos que se pagan.

Ese que tendría que garantizar un viaje sin sufrir horas interminables en medio de la nada, sin información, en ocasiones bajo condiciones climatológicas extremas.

El propio ministro responsable en esta materia ha confirmado que este despropósito continuará al menos dos años más.

El cambio de acepción ya es un hecho. En muchas zonas, “estar como un tren” ya no es un piropo, todo lo contrario.
 

Archivado en
Lo más leído