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¿Cómo se ordeña una avellana?

17/09/2023
 Actualizado a 17/09/2023
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«El agua le entró al coco por las elecasei imunitas». La sentencia la dice con una contundencia que te echa p’atrás el bueno de Mediagorra. Tanto que nadie se atrevió a decir que no parecía asunto de enjundia para la reunión del Grupo de Filósofos de los Rural Sin Obra Publicada, y menos para la de septiembre, en la que hay que tomar postura filosófica sobre asuntos de tanta trascendencia como la matanza del gocho, el proceso de muerte sin dolor ni tocino, la lista de atorrantes que tenemos que convalidar para que oficialmente estén legalizados para aturdir al gocho con un discurso breve, para que, nada más que empiece a hablar, el gocho tome la sabia decisión de morirse sin necesidad de recurrir a métodos que impliquen cierta violencia. (Aunque el año que vino el ministro Ábalos con su verbo florido nos denunciaron alegando que la tortura había sido abolida ya hace más de un siglo).

Vuelvo al suco, que me esnorto. La cosa iba de lo tocante a que «el agua le entró al coco por las elecasei imunitas», que nos dijo Mediagorra con mucha prosapia para abrir el ciclo de debates del otoño. Ante la incredulidad —que en rural se dice «este cabrón está mamao»—entró al suco de darnos una explicación y nos aclaró: «La cosa es que marcharon los hijos para Oviedo y me dijeron ‘te queda la nevera llena’ y resulta que abres la puerta y parece verdad pero te pones a hurgar cosa por cosa y resulta que no hay nada».

- Eso es lo que en la catequesis le llamaban ser uno y trino.
- Más o menos.

Y se extendió en el razonamiento. «Había leche pero desnatada y sin lactosa, que digo yo, si no tiene ni nata ni es leche, ¿qué coño es? Pero no para ahí la cosa, resulta que tampoco era de vaca, tenía tres cajas y una era de avena, otra de avellana y otra de arroz, que digo yo, ¿tú sabes cómo se ordeña una avellana? y ya no te cuento para ordeñar un grano de arroz. Y los yogures eran sin calorías;y las cervezas 0.0... que tiene su aquel, pero cuando vi una botella de cuba libre sin alcohol ya caí patas arriba». 

- ¡Cómo añoro los tiempos de las elecasei imunitas!; argumentó El Tumbao. 

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