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Cirujales e internitas

23/11/2025
 Actualizado a 23/11/2025
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De la heterogénea exposición de Yoko Ono en el Musac cabe destacar de ciertas piezas lo impúdico («marrano» diría un ingeniero), lo básico («bobo») de otras y lo humanamente medular («¿el qué?») del resto. En ‘Vertical Memory’, una serie de veintiún impresiones de la misma superposición de tres rostros masculinos con sus diferentes pies textuales, Ono dispara con crudeza a la interacción con algunos hombres. Aunque tampoco parece que la artista tenga afán totalizador, que ocho del total de textos versen sobre sucesos con médicos es ilustrativo de la relevancia que estos profesionales tienen en el desarrollo de una vida contemporánea. 

Nacemos ante personal médico (doctor, enfermero, técnico, auxiliar) y muchos de los demás grandes hitos vitales los experimentamos bajo la vigilancia y dirección del mismo personal. Aunque la veneración pontificia que se le llegó a profesar al gremio es cosa del pasado, rápidamente se nos dispara la humildad recordatoria de que la medicina es vasta en necesidad de conocimientos, exigente en habilidades y muy demandante en actitud. Así sucede normalmente cuando el tratamiento lo llevan médicos de especialidades prestigiosas como son cirujanos e internistas. 

Pero «cirujales» e «internitas» (en JVC, Jerga Vulgar Controlada) no solo intervienen quirúrgicamente o programan tratamientos integrales, también patinan y se salen del tiesto. Hace poco compartí sesiones de formación con una ‘internita’ que lo sabía todo, como que se me notaba que no había trabajado nunca con determinado sector con el que de hecho había trabajado durante siete años, o que su pase de acceso se lo cogieron o se extravió solo pero jamás se perdió. También hace nada he visto a una ‘cirujales’ cambiarle el nombre insistentemente a un paciente teniendo el verdadero escrito en tamaño familiar a un palmo de sus morros. Deslices cómicos que entran dentro de lo aceptable, por lo que a mí respecta, mientras los instintos de la primera no se proyecten a los diagnósticos y los despistes de la segunda al corte de la tripicallería.

*Nota: Cirujales es, primero de todo, el nombre de un, seguro que bien bonito, pueblín de Omaña. 

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