10/09/2023
 Actualizado a 10/09/2023
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Este año se cumple el diez aniversario de la muerte de uno de los cantantes más populares que ha dado este país. Me refiero al gran ‘porompompero’ almeirense Manolo Escobar (1931-2013), cantor de innumerables coplas y actor en una decena de películas. Aprovechando una de sus más exitosas canciones –la rumba ‘Mi carro me lo robaron’, compuesta en 1969 por Rafael Jaén y Alejandro Cintas–, asociándola a una peripecia personal que me ha ocurrido recientemente en un supermercado, he dado fruto a continuación a un ripioso burla-veras con engarce de lo real y lo imaginado rematado con cierta moralina. Vaya, pues, este humilde texto coplero como un sentido homenaje a Manolo Escobar, y que, para mayor concierto, el lector ha de cantarlo al ritmo musical de esta famosa canción. 

Como todas las mañanas fui de compras al supermercado Día. Metí una barra de pan en un carro de ruedas, de los que para utilizarlos es preciso meter un euro, y me dirigí al mostrador de pescadería. Llegué y dejé el carro a mis espaldas mientras me despachaban medio kilo de lubinas. Cuando me di la vuelta  para depositar en el carro la bolsa con el pescado, ¡oh! sorpresa, el pequeño vehículo con la barra de pan dentro había desparecido. 

En momentos difíciles no hay que desesperarse. Mejor cantar que llorar, aunque nada más  sea, sin ir más lejos y en esta concreta circunstancia, que la de imitar a Manolo Escobar. En consecuencia, me vino a la boca con energía la canción:

«Mi carro me lo robaron que a la espalda yo tenía, con una barra de pan en una tienda de Día. Y dónde estará mi carro que a mi espalda yo tenía, con una barra pan, mientras compraba lubinas». 

«Mi carro con una barra de pan para la comida. Mi carro con una barra que en él estaba metida. Y dónde estará mi carro que a la espalda yo tenía. Mi carro con una barra de pan para la comida».

Al instante apareció un hombre con el carro, mas sin la barra de pan. Dijo haberlo cogido pensando que alguien lo había olvidado. Y devolvía gracias a oír la canción. 

Luego: 

«Mi carro que antes no estaba ahora ya está conmigo, que ya apareció mi carro y el autor que lo ha cogido. Mi carro que antes no estaba ahora ya está conmigo. Que ya apareció mi carro que yo daba por perdido».

Pero: 

«Mas sin la barra de pan que en el carro había metido. Y dentro del mismo estaba y ahora se ha escabullido. Que en él ya no está la barra donde yo la había metido. Que en él ya no está la barra pues alguien la habrá cogido». 

«El hombre que cogió el carro dijo que estaba vacío. Y dónde estará la barra que en el carro había metido. El hombre que lo cogió dijo que estaba vacío. Y dónde estará la barra pues alguien se la comido». 

Y, al fin:

– «Que yo he cogido la barra, me dijo un tipo al oído, pues el lugar donde posan de pan estaba vacío,  y yo no como sin pan cuando como un buen cocido. Que yo he cogido la barra  pero no me la he comido.  

Advirtiendo que es de usted este pan que yo he cogido, devuelvo a vuesa merced pues lo apropiado no es mío. Que soy un hombre de bien y el robo no va conmigo. Y yo nunca apaño nada aunque me muera de frío».

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